La anunciada extensión del cribado de detección precoz del cáncer de mama hasta los 74 años beneficiará a unas 8.100 burgalesas que, de no ser por el cambio de parecer de la Consejería de Sanidad, en 2024 ya no podrían participar en este programa preventivo por tener más de 69 años. Esta era, hasta ahora, la edad límite para hacerse una mamografía de control en la Unidad de Atención a la Mujer (UAM) y, en función de los resultados, descartar o confirmar tumoraciones malignas en el pecho. La población está muy concienciada sobre la importancia de la detección temprana de este tipo de cáncer -el más frecuente entre las mujeres, con unos 283 nuevos diagnósticos cada año en Burgos- por lo que la respuesta siempre es masiva, de entre el 80 y el 85%.
Este programa preventivo se implantó en Burgos en 1993, un año después del comienzo en la Comunidad (Ávila, Segovia, Soria y Valladolid fueron las primeras provincias en ofrecerlo) y, en principio, concernía a las mujeres de entre 45 y 65 años, a las que podían añadirse otras de edades diferentes si tenían antecedentes familiares que indicaran mayor riesgo de desarrollar tumoraciones. A comienzos del nuevo siglo, en 2003, los datos relativos a incidencias del cáncer de mama determinaron una primera ampliación de la horquilla de mujeres susceptibles del estudio radiológico y se extendió entre los 45 y los 69 años. Veinte años después, la Consejería de Sanidad anuncia que lo prolonga hasta los 74 años, ante la evidencia científica de que el riesgo de desarrollar cáncer aumenta con la edad y que el Consejo Europeo instó en diciembre de 2022 a los países miembro de la UE a intensificar esta medida preventiva; una recomendación que también asumió el Procurador del Común de Castilla y León (el defensor del Pueblo) y que el PSOE solicitó en las Cortes regionales el pasado diciembre, con el sorprendente voto en contra de los procuradores del PP y de Vox.
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