«El cáncer de mama se maquilla mucho, no es de color rosa»

GADEA G. UBIERNA / Burgos
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Lourdes García encontró en su hermana Marimar el apoyo para convivir con su enfermedad, metastásica desde el diagnóstico. Las dos son afectadas y hoy abren una serie de reportajes por el día mundial de los tumores en el pecho, el 19 de octubre

Marimar y Lourdes García, las dos diagnosticadas de cáncer de mama con apenas cuatro meses de diferencia. - Foto: Miguel Ángel Valdivielso

Lourdes García es categórica cuando afirma que, de no haber podido contar con su hermana Marimar durante los dos años transcurridos desde que le diagnosticaron cáncer de mama metastásico, «ahora estaría en tratamiento psicológico; vamos, fijo». Y añade: «Es que no te lo he dicho, pero mi hermana es 'súper woman'; viene preparada de serie». Así que cuando a Lourdes no solo le dijeron que su tumor era maligno, sino que estaba extendido y tenía metástasis en todos los huesos de la clavícula a la pelvis, el 6 de septiembre del 2022, Marimar no se paró a pensar en qué iban a hacer a partir de ese momento. Simplemente, actuó: «Lo mío es buscar soluciones, así que la primera decisión que tomé fue que iba a estar con mi hermana, que iba a ir con ella al médico, a leer y a hacer todo lo que fuera necesario».

Estas dos hermanas se llevan diez años, una diferencia que hizo todavía más difícil el procesamiento del diagnóstico de Lourdes, que es la menor de cuatro. «Es que yo me acuerdo de cuando mi madre la trajo a casa envuelta en la toquilla, es la pequeña, y el día que nos lo dijeron... Se me cayó todo, porque lo primero que pensé fue que no quería que mi hermana se fuera antes que yo. Y deseas retroceder en el tiempo, pero no puedes; no tienes más opciones que ir hacia delante. Si te paras a pensar, ya no arrancas», afirma Marimar, quien no hace alusión al retroceso temporal por casualidad: el diagnóstico de Lourdes se demoró nueve meses, quizá determinantes.

A Lourdes le confirmaron que tenía cáncer en septiembre del 2022, con  46 años, pero ella llevaba lustros con revisiones periódicas porque tiene pechos poliquísticos. Un día del 2021 se notó «un bultito» en la mama derecha y consultó. «Lo miraron y me dijeron que no era nada», cuenta, destacando que en la mamografía previa al resultado sintió un dolor extraordinario, «como si algo me hubiera explotado por dentro». Pero en el HUBU le aseguraron que entraba dentro de lo normal y que debía estar tranquila.

(El reportaje completo, en la edición impresa de este lunes de Diario de Burgos o aquí)