Enresa prevé volver a cargar combustible de Garoña este verano

A.C. / Garoña
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Un año después del llenado de los 5 únicos contenedores que hay en la central, se espera que el CSN autorice entre abril y mayo a ampliar la capacidad del almacén y así poder continuar con esta tarea

En el almacén (ATI) de Garoña ya hay 5 contenedores cargados de combustible y aún faltan otros 44. - Foto: Valdivielso

El próximo verano, dos años después de asumir de forma temporal la titularidad de Garoña, Enresa espera retomar las tareas de carga de su combustible nuclear en los contenedores ENUN 52B, la tarea más importante y que determinará la duración de la fase I de su desmantelamiento. Antes, la empresa pública necesita que el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) autorice una mayor capacidad del Almacén Temporal Individualizado (ATI), donde se depositarán los recipientes que blindarán la alta actividad radiactiva del uranio gastado. Espera que el regulador nuclear emita su informe favorable «entre abril y mayo». 

Sin él, todas las previsiones se retrasarán. Enresa ya ha actualizado y modificado por dos veces el contrato que firmó en 2020 con la empresa Equipos Nucleares S. A. (Ensa)para el suministro de los 44 contenedores que aún quedan por llegar a la central nuclear. El último modificado del pasado mes de enero fija la llegada del primero de estos depósitos para el próximo 25 de abril y eleva el coste del contrato desde los 138 millones de euros iniciales a 148,2.

Hace un año, en marzo de 2024 concluyeron las tareas de llenado de los 5 únicos contenedores que en su día, antes incluso de la parada del reactor, se encargaron a la empresa Ensa, con base en Cantabria. Los 44 restantes los irá suministrando con una cadencia de tres semanas y las previsiones que maneja Enresa pasan por cargarlos con el uranio irradiado durante cuatro décadas de funcionamiento de la central «entre este año y durante los próximos 2026 y 2027». 

No obstante, es muy previsible que estas tareas se vayan hasta 2028, puesto que el contrato suscrito con Ensa para el suministro de los depósitos tiene tres años de duración y también permite interrumpirlo durante seis meses en 2026. En ese periodo está previsto que lleve a cabo reparaciones de elementos combustibles para que puedan introducirse sin dificultades en los bastidores de los ENUN 52B. Además de los propios contenedores, Ensa entregará progresivamente a partir del 25 de abril los llamados Módulos Auxiliares de Blindaje, que consisten en cuatro anillos de hormigón  y una tapa del mismo material que aislarán aún más cada uno de los recipientes y aportarán mayores garantías de seguridad.

Si se cumplen todos los planes de Enresa, en 2028, una vez acabada la carga del combustible, estará operativa una instalación auxiliar del ATI, que servirá para revisar los contenedores o someterlos a reparaciones, si fuera necesario. En otoño ya estaba concluido su diseño y Enresa continúa con los trámites para su construcción que podría comenzar «a finales de 2026». Sumará casi 1.000 metros cuadrados.

Desmontajes en 2026. Junto a la carga de contenedores, la segunda tarea más importante de la fase Idel desmantelamiento, que estaba planificada para 3 años, pero se extenderá a casi 5, se centra en la adaptación del edificio de turbinas como Centro Auxiliar de Desmantelamiento. En realidad, se transformará en un gran almacén de logística donde se clasificarán los diferentes tipos de materiales y se distribuirán en función de si están o no contaminados.

De momento, en este espacio de tres plantas se están realizando modificaciones eléctricas y mecánicas, así como la adecuación de los sistemas de ventilación. Para el segundo trimestre de este año Enresa tiene planificado que se comiencen a desmantelar equipos auxiliares. Pero «los trabajos de desmontaje de mayor envergadura en el edificio de turbinas se acometerán a lo largo de 2026 y 2027», avanza la firma pública.

La foto fija del empleo en la central casi dos años después del desembarco de Enresa es muy similar al segundo semestre de 2023, en que se contabilizaban 280 trabajadores. Ahora suman unos 290, de los que 61 pertenecen a la plantilla de Nuclenor; 31,  a Enresa; y de 180 a 200, a empresas subcontratadas. Con el mayor pico de empleo del desmantelamiento se llegará a 350.