El ritmo de Sonorama acaba de dejar de sonar, pero la provincia de Burgos ya se prepara para su otra gran cita con la música. Falta menos de un mes para el inicio de Ebrovisión, que tendrá lugar del 5 al 8 de septiembre, y la organización del evento se muestra satisfecha con las previsiones porque cree que«va a estar muy cerca» de llenar un aforo que se ha ampliado a las 5.500 personas en el recinto principal. Así lo explica el portavoz de la Asociación Amigos de Rafael Izquierdo, Ramiro Molinero, quien describe que «hace un mes se superó la venta total del año pasado para el viernes y el sábado se va a duplicar el público de la anterior edición», lo cual cree que «corrobora que era necesario salir del Pabellón Multifuncional» para crear un nuevo espacio en elPolideportivo de Anduva.
Este «crecimiento sostenible», que aún permite al festival «mantener la seña de identidad y que la gente esté cómoda», implica dar «más servicio». Y eso resulta imposible de conseguir sin una mayor cantidad de mano de obra. Molinero adelanta que «este año se va a incrementar la contratación, porque va a haber más asistencia» y calcula que estará «cerca de los 300» trabajadores directos. Las necesidades de Ebrovisión incluyen un amplio abanico de profesiones. El portavoz del colectivo organizador enumera que demandarán desde camareros a técnicos, pasando por «personal de seguridad, de servicios o taquilleros». Es decir, como apunta el miembro de la asociación, «al final hay que montar una mini ciudad para atender a todo el público».
A ese largo listado se suman los empleados que participarán en el restaurante, donde «habrá unas 25 personas trabajando para dar de cenar a todos los que acudan». Eso sí, Molinero adelanta que en esta edición ese servicio «se ampliará» porque «no solo estará la cocina central, sino que va a tener el apoyo de algún food truck» repartido «por la misma zona de la gastronomía» que ya existía en el recinto del curso pasado. El portavoz de la Asociación Amigos de RafaelIzquierdo explica que en 2023 «la experiencia fue positiva, pero en algún momento sí que se generó alguna cola y se quería evitar en esta edición, por eso no va a estar todo centralizado en una sola barra».
Aunque estas furgonetas con comida no mermarán la calidad de la gastronomía por la que está apostando Ebrovisión últimamente, ya que, como expone Molinero, el colectivo ha sido «lo más exigente posible» para escogerlas y que así «mantengan» esa nueva seña de identidad. Precisamente, otro de los valores implantados en 2023 volverá a tener gran protagonismo: los escenarios al aire libre. El portavoz de la asociación explica que «salvo catástrofe climatológica» ningún grupo actuará bajo techo, sino que «las ubicaciones serán el Castillo, la plaza de España, el río, el anfiteatro natural, los dos escenarios de Anduva y la plaza de la Constitución para el Ebropeque».
Semejante despliegue no solo implicará un esfuerzo durante los conciertos, sino que también está necesitando mucho trabajo previo.Por eso Molinero comenta que «el grueso de contrataciones llegan más la semana del festival», pero hasta ahora ha habido«diez personas» contratadas desde «hace meses», a lo que se suma «la gente voluntaria de la asociación, cada uno en sus áreas dentro de la producción».En cuanto a esos miembros del colectivo, el portavoz comenta que ha habido un cambio en su perfil, porque «en los últimos años se ha apuntado bastante gente joven y la edad media está ya por debajo de los 40 años, que está muy bien». Según dice, multitud de agrupaciones «tienen ese problema, que no hay relevo, pero en esta sí se está consiguiendo tenerlo y es gente muy implicada, que está aprendiendo poco a poco».