Chóferes de 17 países conducen los camiones de Burgos

G. ARCE / Burgos
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El sector local, que mueve más de 1.200 vehículos por Europa, dice que su situación laboral es crítica y urge firmar convenios con países hispanos para cubrir vacantes

Ion Eduardo, chófer rumano, realiza rutas en camión por toda Europa, un trabajo que le gusta y que desarrollan muchos compatriotas suyos para las empresas burgalesas. - Foto: Valdivielso

Ion Eduardo Cocoasa lleva 16 años trabajando como transportista en Burgos. Conduce un tráiler por diferentes rutas entre España, Francia, Alemania, Italia y Eslovenia, entre otros muchos destinos. Le gusta la carretera y por eso lleva mejor el estar hasta dos semanas fuera de casa, durmiendo en el camión. Es rumano y no es el único chófer extranjero que trabaja para la treintena de grandes flotas que tienen su sede en la provincia y su entorno. En sus plantillas se juntan hasta 17 nacionalidades distintas para atender lo que el mercado local ya no puede ni parece querer cubrir.

Rumanos, búlgaros, ucranianos, polacos, marroquíes, argelinos, chilenos, argentinos, paraguayos, ecuatorianos, colombianos, venezolanos, senegaleses, mozambiqueños, moldavos y brasileños forman parte de la gigantesca flota de 1.200 camiones que mueve Burgos, provincia con una gran tradición y experiencia en el transporte por carretera.

Todos ellos han llegado a la empresa local a través de intermediadoras, firmas especializadas en buscar donde sea a profesionales con los permisos y la capacitación suficiente para mover un vehículo de 40 toneladas. Es un servicio que se demanda y se paga porque no hay jóvenes españoles -hombres y también mujeres- que se quieran poner al frente de un volante y hacer cientos de kilómetros.

«En el sector del transporte no hay desempleo, hay pleno empleo y necesitamos más mano de obra. Sí, se pasan días fuera de casa, se duerme en el camión y tiene sus sacrificios, pero un chófer no conduce más de 9 horas al día y gana mucho dinero, entre 2.800 y 3.200 euros netos al mes sumando las dietas e incentivos de las rutas internacionales», explica Eusebio de Miguel, responsable de Logística Félix de Miguel y presidente de Unibur, que ve con impotencia cómo muy pocos jóvenes veinteañeros se animan a vivir de esta profesión. «Si tienes ganas de trabajar y de ganar dinero, el transporte por carretera es una buena solución».

No parece que se escuche esta oferta. Los empresarios de la carretera burgaleses se han acostumbrado a marchas forzadas a trabajar rodeados de extranjeros. Las plantillas nacionales escasean cada vez más o ya son veteranas. La edad media es de 52 años y crece la intranquilidad cuando el Gobierno baraja anticipar la jubilación de los transportistas a los 58 por riesgos profesionales, algo que puede ser necesario en un trabajo de riesgo, pero que acentuaría aún más la debilidad de las plantillas.

No es un problema exclusivo de Burgos, pasa en el resto de España y de Europa. «No es un trabajo en precario. Es más, hay rutas nacionales en las que se duerme en casa y que permiten ingresos entre 1.800-2.000 euros. El chófer se autogestiona el tiempo y conduce unas máquinas que son una maravilla, con todas las comodidades».

Alfredo y Estefanía Martínez, padre e hija al frente de Burgos Logística, gestionan a una plantilla de 20 personas con una media de edad de 52-53 años. «Estamos intentando incorporar a otro chófer, pero es muy complicado. No hay relevo generacional y necesitamos jóvenes, tanto hombres como mujeres».

Estefanía insiste en la presencia de la mujer, que ya es más habitual en el transporte de viajeros, pero que aún es puntual en el de mercancías. «Hoy cualquier persona puede conducir un camión. Incorporan todas las comodidades y la última tecnología, incluso hay rutas más cortas que permiten la conciliación».  

Hispanoamérica. Las grandes flotas locales tienen experiencia con profesionales de todo tipo de nacionalidades y, fruto de ello, están muy interesados en impulsar convenios laborales con países hispanoamericanos, los que por cultura, idioma y cercanía pueden cubrir mejor sus necesidades de chóferes. 

Argentina, Chile, Paraguay o Colombia son los graneros de conductores a los que están acudiendo. Les ofrecen todos los papeles para que puedan ponerse al frente de un volante tras llegar a España. Tienen un compromiso provincial de un año por la empresa que los contrata, hasta que se les caduque el primer NIE (Número de Identificación Extranjero) y tengan que renovarlo. 

«Es una fórmula que está funcionando, aunque hay quien se adapta mejor o peor. Los hispanohablantes lo tienen más fácil». Unibur está trabajando para traer partidas de chóferes, especialmente, de Chile y Argentina.

«Urgen convenios para homologar los documentos y crear exámenes para homologar carnés y facilitar el empleo a los profesionales del transporte extranjero. No puede ser que tengan que pagar entre 3.000 y 4.000 euros para sacarse un carné que ya tienen, necesitan la ayuda del país que los contrata y para el que van a cotizar», explica De Miguel.

Alfredo Martínez, que fundó hace 51 años Transportes Pinilla, insiste en este tema de facilitar los permisos, que no son baratos -menos para un joven que está empezando- y que no pueden dejar de exigirlos, «pues les dejamos en manos de una maquinaria que tiene un alto coste y que no puede conducir cualquiera».

«El Gobierno tiene que impulsar  unos estudios profesionales para transportistas y ayudar al máximo para la obtención del acceso al carné», añade Estefanía.   

Demanda. La necesidad de mano de obra es «permanente» porque cada vez se sigue generando más mercancía que hay que mover. En España, razonan, solo el 2-3% de las mercancías se mueven por ferrocarril en la actualidad; las carreteras siguen siendo estratégicas. «Quedan décadas de trabajo por delante y miles de millones de inversión para que el tren ocupe el lugar que se le quiere dar. En España tenemos una red de carreteras buenísima y unos operadores logísticos de primer nivel y muy competitivos».

España y Portugal lideran la competitividad en Europa en transporte por carretera, por precio y servicio. «Desde Burgos cubrimos rutas por toda Europa, incluso tenemos socios que salen del continente y hacen rutas multimodal hasta China, Sudamérica o África».

Eusebio de Miguel ofrece una perspectiva más local de esta carencia de chóferes. Es el principal problema de un sector clave para Burgos y para las aspiraciones de la provincia para consolidarse como nudo de comunicaciones y de la logística.

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