Los graves problemas de personal y falta de relevo generacional en las empresas y en la Administración Pública se están multiplicando por el elevado absentismo laboral que sufre tanto el sector privado como el público. Las incapacidades temporales (IT) han crecido en Burgos a un ritmo del 8% en los últimos doce meses, superando holgadamente los 4.000 casos de bajas mensuales, salvo en los meses de agosto y en el que tocaron las vacaciones de Semana Santa, concretamente, en marzo.
El pasado año -y a falta del cierre del balance de IT por parte del Ministerio de Trabajo y Economía Social- sumaba varios miles de bajas más que durante el ejercicio precedente, el 2023, que culminó con 55.200 procesos motivados por una enfermedad común, un accidente no laboral, una enfermedad profesional o un accidente laboral.
Enero de 2024, un mes muy condicionado por la epidemia anual de gripe (como ocurre en la actualidad), fue el que más ausencias del puesto de trabajo por causas médicas registró del pasado ejercicio, rozando los 6.000 (5.994). En el lado contrario se situó agosto, el mes vacacional por excelencia, pues la incidencia se rebajó casi a la mitad (3.127). En marzo, en el que se encuadraron las vacaciones de Semana Santa, también los procesos iniciados bajaron de los cuatro mil (3.932). Este mismo fenómeno ocurrió en abril y en agosto de 2023.
Hay más bajas y son más largas. La incidencia de casos de más de 15 días de duración por cada millar de habitantes ha crecido hasta el 12,92 mensual, un 2,22% por encima del pasado año. Asimismo, las bajas más prolongadas han alcanzado una media de 86,22 días. En este aumento progresivo de la duración de los procesos también están los problemas internos del sistema sanitario, la falta de personal y las listas de espera en casi todos los procesos de rehabilitación.
El 8% de alza del absentismo que se registra en Burgos acerca a la provincia a los porcentajes de las regiones más afectadas por esta casuística: País Vasco (que roza el 10%) y Navarra, con el 8,9%. En estas dos comunidades y en la provincia tiene un alto peso el sector industrial, que es en el que más gente falta a su puesto de trabajo.
El coste de estos procesos es extraordinario. La factura de 2023 alcanzó los 89,4 millones de euros, cifra que se superará ampliamente en 2024 pues, solo hasta septiembre, ya se acumula un coste de 74 millones, 8,2 millones por encima lo que se contabilizó en el mismo periodo del año anterior.
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