Salomé ha sido siempre un personaje con muy mala prensa, retratada como una mujer caprichosa que pide la cabeza de Juan el Bautista. Pero en el espectáculo que se estrenó el verano pasado en el teatro romano de Mérida Magüi Mira contrasta la Biblia con otros documentos para ofrecer una perspectiva más amplia. La adaptación de esa historia que sucede en el siglo I de nuestra era se representa el domingo en el Fórum (19:30 horas), de la mano de la Fundación Caja de Burgos, protagonizada por Belén Rueda, Luisa Martín, Sergio Mur o Pablo Puyol, entre otros.
A Puyol, que interpreta al Bautista, le resulta cuando menos curioso que Salomé haya sido juzgada de esa manera mientras a Herodes, que pidió la cabeza de varios miles de personas, no se le trate igual: «La historia está contada por hombres y desde el punto de vista de la época. Por eso la revisión de Magüi consigue contextualizar a Salomé en el tiempo en el que vivía y en el por qué de las cosas que se hicieron. Se ha documentado mucho y, no digo que sea la verdad, pero me parece que es como pudo ser. Y luego está el modo de contarlo. Magüi tiene una sensibilidad especial tanto a nivel dramático como visual y la belleza que consigue es increíble».
Tampoco se ha sido justo con su personaje, al que también revisan: «Al Bautista se le ha presentado como un tipo hosco y bruto que siempre estaba gritando desde la mazmorra. Pero en realidad era un revolucionario de la época, un hombre que quería la libertad para su pueblo y la igualdad de las personas. Y convenció a mucha gente para que se bautizara. Así que tenía que ser un hombre con encanto y don de gentes. Por eso nuestro Bautista es una persona sensible y poética, que controla la palabra y que en lugar de gritar, canta». Este aspecto resulta curioso porque no hablamos de un musical: «Eso mismo pensé cuando me lo dijeron.Pero las 3 canciones le dan un toque especial y se aprovecha para que Juan cuente cosas».
Quizá por eso, por el lado musical del personaje, si hoy existiera el Bautista Pablo Puyol se lo imagina como aquellas estrellas del rock de los años 60 ó 70, «que fueron una revolución porque cambiaron el mundo de la música y en muchos casos sus letras tenían también ideas políticas que iban a contracorriente».
Puestos a seguir imaginando, si tuviera que pedir la cabeza de alguien metafóricamente escogería a «aquellos líderes mundiales que solo miran por sus intereses aún a riesgo de destrozar a la humanidad». «Por desgracia -continúa- seguimos viviendo en un mundo que solo se rige por el poder y el dinero y eso corrompe aunque tengas buenas intenciones».
Como todo lo que hace Magüi Mira, la obra tiene connotaciones actuales, más allá de que sea un canto a la libertad de la mujer y de los pueblos oprimidos. «Quien acuda a ver la obra se dará cuenta que no hemos cambiado mucho. Entonces eran los romanos los que atacaban Palestina y ahora son los israelíes. Yla mujer sigue sometida en muchos lugares. Hay imágenes que nos van a recordar circunstancias que han sucedido hace poco y que te hielan la sangre».
Pablo Puyol y Salomé llegan a Burgos dentro de la gira que comenzaron tras su paso por Mérida, una experiencia que el actor de Un paso adelante tilda de «brutal», aunque también encuentra atractivos los teatros convencionales: «Aquí tienes al público más cerca, están más pendientes de todo lo que sucede, el silencio es mayor y llegas más a la emoción».