El calor remata unas rebajas con pocas perspectivas de mejora

D. ORBAIZ / Aranda
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La campaña no termina de despegar en las tiendas de Aranda de Duero. Un cambio de hábitos de consumo hace que cada vez se gaste menos

Hay gente en la calle, pero pocos se animan a comprar. - Foto: D. Orbaiz

Lo que mal empieza, mal acaba. Y las ofertas de liquidación de agosto no han terminado de funcionar en ningún momento en la capital ribereña. «La primera semana, como los descuentos eran bajos e hizo un calor horroroso, vendimos poco. Después, Sonorama. Y ahora, a finales de mes, la gente anda más justa...», resumen varios comerciantes que regentan tiendas del sector textil. «Todavía hay mucho género y, ahora que ya estamos con descuentos de más del 50%, espero, empezar a vender más», explica Isabel Sáenz, encargada de una boutique situada al lado de la Plaza Mayor. 

Cada año, indican desde el sector, hay peores ventas en las rebajas de agosto. Las compras por internet provocan que durante todo el año existan descuentos: «Al final, los almacenes de distribuidores multimarca tienen siempre tanto género que pueden sacar productos rebajados todo el año», sostiene otra dependienta de una tienda contigua. «Y vender a mitad de precio no es ninguna solución. Vaya, no hay beneficio», aclara Sáenz. 

Los comerciantes arandinos achacan este mal inicio de temporada al excesivo calor. «Por las mañanas, sigue existiendo el clásico arandino y arandina que compra prontito para evitar el calor, pero después esto ha sido un páramo», recuerda la dependienta de una zapatería de la calle Isilla. «Y por las tardes, los típicos que salen de comer y compran a las cinco. Pero hasta la siete, de nuevo, vacíos», recalca. «Y los días de piscina... Adiós muy buenas», remata.

En la calle se pueden ver algunos interesados en lo expuesto en los escaparates, en su mayoría mujeres, pero el interior de las tiendas se vislumbra bastante vacío. «La gente prefiere gastar el dinero para sus viajes o para ir a comer... ¡Mira cómo están los bares!», comenta Marisol, una vecina del centro que, de momento, no ha comprado nada en esta campaña. Teoría que también sostienen los comerciantes del sector textil: «Cada vez interesa menos la ropa. Hay demasiada oferta y está claro que van cambiando los hábitos de consumo», señalan varias dependientas de boutiques.

Atrás parece que quedarán los años dorados del comercio y de las rebajas, en los que las tiendas hacían «el agosto». «De ahí viene la expresión», recuerda una clienta, que en otra época fuera encargada de una extinta y popular tienda de ropas en los Jardines de Don Diego. «Ya nada es lo que era y menos las rebajas», concluye.

Las bodas, al rescate. Sin embargo, parece que los enlaces matrimoniales potencian las compras en las rebajas. Al menos, así lo notan en varias zapaterías y tiendas de moda masculina. «A lo largo de estos días sí que viene gente a por unos zapatos o una corbata porque tiene una boda en septiembre», constatan  desde varios comercios de la zona. «Son un tipo de compra que no suele requerir mucha urgencia y, por eso, la gente aprovecha a encontrar productos rebajados, también porque son bastante caros...», reflexiona una dependienta de boutique de moda masculina.

También ayudan los veraneantes, que aprovechan los días de vacaciones para ultimar alguna compra. «Sobre todo los que vienen de capitales como Madrid o Barcelona donde todo es mucho más caro y aquí encuentran muy buen género a mejor precio», defienden desde el sector. 

Así, todo indica que la campaña de rebajas no va a concluir exitosamente. Eso sí, los comerciantes anhelan que, ahora que bajan las temperaturas y se puede pasear tranquilamente, aumenten las ventas para terminar  la liquidación.

Elena Gómez | Dependienta

«Los proveedores con varias marcas tienen rebajas durante todo el año»

Elena Gómez trabaja como dependienta en Justo Muñoz, una conocida tienda de calzado y material deportivo del centro de la capital ribereña. «Con todo, no nos va tan mal este año. Es verdad que con el calorazo las tardes son un poco flojas y que Sonorama tampoco ha ayudado, pero parece que ahora remontamos». explica. 

«De todos modos, la gente ya no compra como antes en las rebajas. Está acostumbrándose a la compra por internet, en la que hay multitud de proveedores y de almacenes que con todas las marcas que pueden vender con rebajas durante todo el año porque les sobra stock», reivindica.

«Los veraneantes y visitantes siempre ayudan a que la campaña funcione un poco mejor porque aprovechan estos días de vacaciones para hacer alguna compra», sospecha Gómez.

José Sanz | En busca de unos zapatos 

«Tengo la boda de unos amigos en septiembre y he aprovechado»

José Sanz está a punto de decidirse por unos zapatos azules para el traje que llevará para el enlace de unos conocidos. «Yo creo que voy a llevar estos», le comenta a su mujer, Adela, que asiente para dar el aprobado a la elección de su marido. «Creo que combinan mejor con el pantalón que estos otros», asegura. 

«En esta ocasión, sí hemos aprovechado para comprar alguna cosa en las rebajas. Estos zapatos, un pantalón... Y mi mujer también ha comprado alguna prenda para nuestro hijo», repasa. Sin embargo, matiza que no suele ser cliente habitual de las rebajas. 

«Yo realmente compro las cosas cuando me hacen falta... No me gusta ir de compras, así que no miro cuando algo baja de precio o no. Si voy a comprar algo es porque lo necesito», sentencia el cliente.

Iván Garolera | Cliente veraneante

«Conozco la marca, siempre compro cosas parecidas y viene bien un descuento»

Iván Garolera vive cerca de Sabadell, en Cataluña. Está de vacaciones en casa de unos amigos en Santa Cruz de la Salceda y ha aprovechado un paseo por la calle Isilla para comprar algunas prendas.

«Conozco esta marca de ropa, la suelo utilizar a diario y como he visto que estaban en rebajas, he decidido entrar a mirar y comprar alguna cosa para el nuevo curso que empieza», comenta mientras echa un vistazo a alguna americana y varios pantalones. 

«Precisamente me he fijado que no había mucha gente comprando y me ha sorprendido, sí. Pero la calle está a rebosar y los bares mejor ni hablo... Está claro que cada vez se apuesta por otro tipo de hábitos de consumo», resume.