Tensión en el campo y en los banquillos

J.C.M. / Burgos
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La celebración de Mollejo encarado al Fondo Sur de El Plantío y el desafortunado arbitraje encendieron los ánimos y la polémica se trasladó incluso a los entrenadores del Burgos CF y del Real Zaragoza, Jon Pérez Bolo y Fran Escribá

Jon Pérez Bolo se dirige al banquillo de Fran Escribá. - Foto: Valdivielso

No se vio un buen partido en El Plantío. No fue bueno en lo futbolístico y tuvo demasiada tensión y bronca que nunca supo cortar el colegiado, el andaluz Milla Alvendiz. No existieron jugadas polémicas pero sí acciones reprochables que encendieron los ánimos de forma innecesaria. 

Todo comenzó con el gol del Real Zaragoza. Lo marcó Víctor Mollejo, su tercer tanto esta temporada, pero se equivocó en la celebración y no es la primera vez este curso. En Andorra se tocó los genitales cuando marcó y a punto estuvo de costarle una sanción. Ayer, en lugar de celebrarlo con sus aficionados, se encaró con el Fondo Sur y encendió los ánimos de todo El Plantío.

A raíz de este gesto, el cabreo fue en aumento y ya en la segunda parte los jugadores del Zaragoza comenzaron a perder tiempo en cualquier acción.

El árbitro tampoco ayudaba demasiado, con continuas decisiones controvertidas y el mal rollo se trasladó al banquillo, con una discusión entre Jon Pérez Bolo y Fran Escribá tras una jugada en la que se envió el balón fuera para atender a un jugador del Zaragoza tendido sobre el césped.

Los últimos minutos fueron de enorme nerviosismo y tras el pitido final Escribá abandonó el terreno de juego sin saludar a Bolo, que se quedó con cara de circunstancias cuando vio al técnico rival dirigirse al vestuario (...).

(Más información sobre el partido entre el Burgos CF y el Real Zaragoza, en la edición impresa de Diario de Burgos de este martes o aquí)