Una ayuda a domicilio insuficiente en Aranda

I.M.L. / Aranda
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La comida a domicilio en la capital ribereña tiene una lista de espera de 30 usuarios. El 60% estaría interesado en recibir el servicio domingos y festivos, pero esta ampliación supondría rebajar beneficiarios

Néstor (i.) aprovecha el reparto diario para, a la vez que deja la bandeja del día y recoge la vacía del anterior, conversar unos minutos con los usuarios, como con Ángel, que le agradece este ratito de charla después de ver el menú. - Foto: Jesús J. Matías

El Ayuntamiento de la capital ribereña lleva años ofreciendo el servicio de comida a domicilio a personas, sobre todo mayores, que no se valen por sí mismas para llevar una alimentación sana y equilibrada. Después del borrón que supuso implantar la línea fría en este servicio, con todas las quejas que acaparó por parte de los usuarios y sus familiares, desde hace cinco años se viene prestando en la modalidad de línea caliente, es decir, platos cocinados y repartidos por la mañana para consumir en el día.

En la actualidad, la UTE Ciudad del Bienestar Visama presta este servicio, del que se benefician a día de hoy 73 usuarios, más las 18 comidas que se sirven en el centro intergeneracional, pero cuenta con una lista de espera de una treintena más. Eso se debe a que «el servicio está concedido por presupuesto, no por número de usuarios», como aclara Mario Pérez, director de Ciudad del Bienestar, por lo que los 215.000 euros de presupuesto para este servicio en 2023 no ha permitido incrementar el número de usuarios.

Algo similar sucede con el planteamiento de ofrecer esta comida a domicilio los domingos y festivos. En las encuestas de satisfacción que se pasa a los comensales «lo que más nos reclaman es ampliar el servicio a domingo y festivos, un 60% podrían estar interesados» destaca Pérez, explicando a renglón seguido por qué no se ha puesto en marcha. «No se hace no porque el pliego no lo contemple sino porque, como va a presupuesto… El Ayuntamiento se gasta una cantidad, si se quieren ampliar días o se incrementa el presupuesto o habría que reducir usuarios», expone con claridad, porque en matemáticas, por más que se intente, nunca dos más dos han sido cinco.

Pero este servicio ofrece mucho más que comida, ya que la visita diaria, seis días a la semana, del repartidor sirve de control del estado de los usuarios. «Es un valor añadido de la línea caliente, los repartidores son un elemento de control porque les están viendo todos los días, ven cuando el usuario está más deteriorado de lo normal, cuando tarda más en abrir la puerta, cuando está el piso más sucio de lo normal…», asegura Mario Pérez, mientras uno de los dos repartidores con los que cuenta el servicio asiente a sus palabras. «Hemos llegado a detectar casos de violencia de género, nos hemos encontrado fallecimientos… que ponemos en contacto de los Servicios Sociales y ellos son los que actúan en cada caso», explica el director de Ciudad del Bienestar.

Esa área municipal es la que gestiona las peticiones de los usuarios para beneficiarse de este servicio, y el que fija el porcentaje del coste que tiene que pagar cada uno según su situación particular, quedando el resto subvencionado. «El precio de nuestro menú a domicilio es de 8'10 euros sin IVA, luego habrá algunos que casi lo paguen entero y otros que casi nada, pero la media ronda los 3 ó 4 euros», estima Pérez.

El hecho de hacerse cargo del servicio de comida a domicilio ha propiciado la contratación de los dos repartidores y una cocinera más, lo que también repercute en la economía local. A mayores de la apuesta de la empresa que lo suministra por las empresas de la zona. «Todo lo que podemos lo compramos a productores locales, y aunque el producto no sea local, el distribuidor sí lo es: el frutero, el carnicero, el producto seco, los congelados, el pan,...», enumera Magda Manrique, la directora de Cocina de Ciudad de Bienestar, que es quien supervisa los menús diarios, las elaboraciones y su preparación para el reparto.