Briviesca renace como el Ave Fénix con la llegada de nuevos pobladores y la apertura de comercios y locales de hostelería. Este incremento del censo ha repercutido en que el mercado inmobiliario haya sufrido un importante revulsivo similar al de los años previos a la crisis del ladrillo hasta el punto en el que prácticamente todas las viviendas con precios muy económicos, entre los 10.000 y 30.000 euros, se han vendido en 2024.
A pesar de que las condiciones de estos inmuebles obligan a los compradores a ejecutar una reforma integral cuyo coste supera copiosamente su importe, las inmobiliarias de la ciudad continúan atendiendo a personas recién llegadas interesadas en pisos más asequibles ubicados en plantas superiores de edificios muy antiguos con escaso mantenimiento que no cuentan con ascensor.
La imparable tendencia al alza de los precios de la vivienda en el país se han convertido en una preocupación para la mayoría de la ciudadanía; sin embargo, en la capital burebana los precios se mantienen «prácticamente iguales desde hace una década», confirma la propietaria de la inmobiliaria Briviesca.
Las características de la localidad, entre las que destaca su buena ubicación y cercanía a ciudades más grandes como Burgos o Vitoria, la necesidad de mano de obra en las fábricas del polígono industrial y la inversión también juegan un papel fundamental a la hora de que los nuevos propietarios se hayan animado a comprar «más que en otras ocasiones». Hasta hace unos meses existía la posibilidad de obtener un piso sin demasiadas comodidades de unos 70 metros cuadrados, incluso con el sistema de calefacción instalado y acondicionado para entrar a vivir a partir de 15.000 euros. «Esos chollos se han acabado», informan, y el valor de «viviendas disponibles oscila entre los 45.000 y 70.000 euros». Aquellos que busquen un pequeño apartamento disponen de varias alternativas partiendo de 30.000.
Sin embargo, los «demandantes de obra nueva, sobre todo parejas jóvenes que pretenden establecerse en el municipio aunque trabajen en otras localidades no cuentan con demasiadas opciones», expone la empresaria. En las ciudades personas de ese perfil «compran inmuebles antiguos y los reforman porque merece la pena invertir en un edificio con ascensor que se mantenga en un estado óptimo, pero aquí no compensa», añade.
Otro de los temas que provoca angustia entre parte de la población es la escasez del número de pisos en alquiler. Los propietarios piden entre 300 y 400 euros de media al mes, pero en algunos casos los precios se incrementan hasta los 500 o más. Los empleados contratados por Solaria para construir el megaparque fotovoltaico en territorio burebano no encuentran inmuebles y se decantan por arrendar pisos turísticos, casas rurales o pernoctar en hoteles. Una joven que planea independizarse denuncia las «exigencias que piden para conseguir un contrato y el disparado importe por un cuarto sin ascensor en un bloque situado en la calle que sube a las piscinas», se lamentan desde la inmobiliaria.
Briviesca se sitúa como una de las localidades de la provincia con el metro cuadrado más económico, a 634 euros en enero, lo que supone menos de la mitad que si se compara con el conjunto de la provincia, que es de 1.189, según los datos de la web Idealista.
En los pueblos. El resto de la comarca burebana atraviesa una situación similar y la falta de vivienda en alquiler supone que algunos interesados en disfrutar de los fines de semana o las vacaciones en los pueblos se vean obligados a cambiar de destino. El Ayuntamiento de Oña ha creado una bolsa de viviendas municipales y privadas con el fin de facilitar la búsqueda a posibles inquilinos.