Tenían ganas. Muchas. Basta con ver la gran cantidad de burgaleses que durante los últimos días han estado bombardeando a correos electrónicos y llamadas a los gimnasios para hacerse una idea. La entrada de la provincia de Burgos en fase II ha supuesto también un nuevo paso en la flexibilización de las normas que rige el Ministerio de Sanidad para acceder a estas instalaciones, y los casi tres meses que han pasado sin poder recibir clientes no han resquebrajado la pasión y ansias de deporte entre los vecinos.
En Sportia sumaron desde este lunes a sus entrenamientos personales la posibilidad de recuperar las clases de pilates, siempre que estas no superen los seis individuos. En grupos, y con una duración de 50 minutos, cada persona emplea en exclusiva una de las máquinas con las que cuenta la cadena burgalesa, que posteriormente se desinfecta para la siguiente tanda de asistentes. Además, como novedad, el profesor no toca en ningún momento al alumno, en pro de preservar las distancias entre unos y otros. «Esta semana estamos ya al 50% de reservas, pero esperamos que vaya subiendo a lo largo de los días», explicaba a comienzos de esta semana Ángela Casado, una de las profesoras del centro.
La vuelta a una cierta normalidad, ya que la mayoría de personas que asisten ahora a las clases ya coincidían anteriormente, está animando a Sportia a pensarse si dan un paso más durante esta semana y reabren las salas de máquinas para el público. Donde sí que no lo han dudado es en los centros deportivos Extreme: su sede del Bulevar, a la altura de SanJulián, ya acogió el lunes a los primeros burgaleses, uno de los primeros de todos los que conforman la Asociación de Gimnasios de Burgos. Las últimas disposiciones publicadas en el BOE les dieron el visto bueno, y sumado a la inactividad desde mediados de marzo llevó a los gerentes a dar el paso y volver a ponerse en funcionamiento, aunque con ciertos cambios.
El socio que desea ir al gimnasio debe reservar previamente su cita, que tiene un máximo de 105 minutos (una hora y tres cuartos). En cuanto pasa ese tiempo el usuario debe abandonar el local -sin ducharse- para que los empleados procedan a desinfectar las zonas comunes de cara a la entrada de nuevos clientes. «La gente está muy concienciada. Cuando queda poco para que termine una tanda ya apenas ves gente», explicaba Pablo Rodríguez, uno de los gerentes.
Dentro del centro han colocado máquinas con la separación necesaria, han llenado salas dedicadas a las artes marciales -sin fecha de regreso- con bicis estáticas o empleado el patio trasero para poder sacar elementos a la calle. «Tenemos que darles las gracias al Club Ciclista, que nos ha permitido acceder para que la gente pueda hacer deporte al aire libre», indicaba. En el interior, donde no pueden poner la climatización por la normativa anticovid-19, solo pueden estar un máximo de 40 personas, con un aforo por zonas incluso dentro del mismo local.
«El límite está muy por debajo de lo que podríamos tener. La clave es que la gente coja seguridad para dentro de unas semanas», apuntaba Rodríguez. Para todos aquellos que aún tengan reticencias de juntarse, desde Extreme les han dado la posibilidad de alquilar las bicicletas estáticas para poder continuar con sus rutinas desde casa, modalidad que van a seguir haciendo pese a salir del estado de alarma. «Podrán seguir las clases que hacemos desde aquí sin ningún problema, todo desde casa», apuntaba.
El turno con más afluencia del día fue el de las 11:30 de la mañana, cuando las salas se llenaron de burgaleses, especialmente jóvenes. Ellos prefirieron las máquinas, sobre todo las pesas y las barras, mientras que ellas se descantaron más por las cintas de correr, las bicis o la barra con discos. «Junio y julio solían ser meses de poca afluencia, pero después de tres meses parados en casa esperamos que este año sea la excepción», afirmaba Luciano González, gerente, que se sorprendió al ver «la buena respuesta de sus clientes». De cara al próximo paso de la desescalada, la fase III (probablemente a partir de este lunes, día 15), explicó que ya no tendrán que reservar con antelación para acudir a los centros, aunque sí que se mantendrá un control del aforo, que en este caso pasará del 30 al 50% de la capacidad total del local en cuestión.