Ha costado llegar a un acuerdo, pero finalmente el instituto religioso Iesu Communio, propietario del conjunto monumental de Santa Clara en Briviesca (en la proporción de las ocho monjas clarisas recibidas), aceptaría desprenderse del convento, que se encuentra deshabitado desde 2005. El deteriorado estado de conservación y la imposibilidad económica de mantenerlo por parte de las religiosas lo mantenía en venta desde entonces. Un portal inmobiliario online publicó un anuncio por tres millones de euros, aunque la última oferta que aparecía en internet recogía un precio inferior. Uno de los cuatro proyectos que engloba el Plan de Actuación Integrado, el denominado Ventana a la Bureba, contempla adquirir (el presupuesto no revela la cuantía), rehabilitar y poner en valor el monasterio y la ermita de San Martín de Piérnigas para transformarlos en un centro de difusión y de interpretación turística, respectivamente, una serie de actuaciones valoradas en 2.841.281 euros en total.
El complejo lo compone la iglesia, el hospital, diversas dependencias y dos claustros. El gótico se incluyó en la Lista Roja de Patrimonio en peligro de la Asociación Hispania Nostra por su deficiente estado de conservación y requiere de una rehabilitación urgente porque presenta desprendimientos y deformidades de la estructura, que amenaza riesgo de derrumbe. La comunidad se hizo cargo de «reparar algunos desperfectos», según informaron a este medio las propias monjas, aunque el proceso de deterioro se acelera.
El anterior equipo de gobierno, con el apoyo de los miembros de la oposición, tanteó la posibilidad de adquirir el conjunto monumental y restaurar el claustro gótico (el área que peor estado conserva) a través de subvenciones destinadas para edificios BIC y ofrecer a los vecinos un espacio para usos culturales. La actual corporación, liderada por el popular José Solas, también ha mantenido varios encuentros con el fin de acercar posturas.
Por el momento pocos son los briviescanos que conocen el interior -ya que solo las propietarias tienen acceso- y las visitas turísticas a esta zona están prohibidas. Para muchos de los vecinos, como María Victoria González (presidenta de la Asociación Amas de Casa), se trata de un bien que debería permanecer al servicio de los ciudadanos «al menos una vez al mes». Habrá que esperar a conocer si Europa premia el proyecto de la Diputación para conocer el uso de un espacio que comenzaron a construir siguiendo las órdenes de Mencía de Velasco, hija del condestable de Castilla Pedro Fernández de Velasco, en 1512.