El lobo sigue acechando pueblos y ya suma 9 ataques este mes

A.C.
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Después de entrar en el casco urbano de Espinosa el día 3, se han denunciado pérdidas de reses en Rozas de Valdeporres, Quisicedo, Redondo (dos días seguidos) y Herbosa

El lobo sigue acechando pueblos y ya suma 9 ataques este mes

En la mañana del pasado día 3, el lobo se adentró en el casco urbano de Espinosa, saltó un muro de más de un metro y medio y en pleno barrio de Quintanilla, rodeado de casas, fue grabado en un prado matando una de las dos ovejas que mató esa madrugada. Días antes, había acabado con tres más en el cercado de Casa Vallejo, a pocos metros. Dos jornadas después, el 5, volvió a atacar, esta vez, a la ganadería de José Miguel Sanz en Rozas de Valdeporres; el día 7 fue el último de los cuatro que dejó bajas entre los caballos de José Luis Azcona, en Quisicedo; el jueves y el viernes pasados, 8 y 9, bajó a Redondo, a unos 5 kilómetros de Espinosa en línea recta por el monte; y el domingo 11, al amanecer mató un ternero a los Fernández de Santa Gadea en un pinar de Herbosa. Solo este mes se cuentan nueve ataques en el norte de la comarca con un saldo de dos terneros, seis ovejas y dos potros muertos más otros animales con mordeduras... y la primavera acaba de brotar.

De nuevo, como ocurrió en Espinosa, el lobo ha vuelto a acechar los cascos urbanos. En Rozas de Valdeporres llegó a unos 12 metros de viviendas para matar un ternero recién nacido, según relata el joven ganadero José Miguel Sanz . "El año pasado hubo muchísimos ataques. No hay quien lo aguante y si el lobo se convierte en especie protegida se nos va a meter hasta en las casas", lamenta. "Tengo 32 años y quisiera ampliar la explotación, pero para qué, ¿para tener más pérdidas?", se pregunta. Los constantes ataques del lobo le han llevado a asegurar sus 190 cabezas de vacuno, lo que le supondrá un gasto anual más de 4.000 euros. Estabular los animales cada noche no es viable en su caso, como en el de otros ganaderos consultados por DB, dado que sus animales se crían en extensivo, en diferentes montes y aprovechando los pastos, lo que a la vez ayuda a evitar incendios.

El siguiente ganadero afectado, siguiendo el orden cronológico, fue José Luis Azcona, de Quisicedo, que ha comprobado en sus caballos los daños que el lobo ha dejado hasta en cuatro jornadas desde principios de mes. En el Pico del Ángel, a unos 10 kilómetros de Espinosa, el lobo le ha matado dos potros y mordido otros dos. Subirá sus vacas a los mismos pastizales en diez días, aunque los terneros los guardará en la explotación para evitar más pérdidas. Los lobos "solían matar poco por aquí, pero este año está siendo diferente", a su juicio.

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Azcona sabe de otros ataques recientes cerca de Entrambosríos o en Villamartín de Sotoscueva. La solución que ha adoptado ha sido drástica. Ha vendido los doce caballos que le quedaban, yeguas, potras de dos años y potros. En su opinión, de continuar en esta situación y con la nueva normativa, "el mayor problema de los ganaderos de Merindades va a ser el lobo".

La siguiente parada que hizo el depredador fue Redondo el jueves y viernes de la pasada semana. En esta localidad, a apenas 5 kilómetros de Espinosa, también volvió a acercarse a las casas para matar cuatro ovejas en dos noches, aunque hace un mes mató otras tres al mismo corral doméstico, en el que se han quedado con dos animales, que ahora duermen en la explotación de un vecino que las cuida.

Álvaro Fernández da cuenta de la última baja en Herbosa, un ternero de cuatro días. El ganadero de Santa Gadea asegura, como el resto de afectados, que el lobo está perdiendo el miedo a acercarse a los pueblos. "Lo normal es que haya algún ataque, pero no todos los días", señala Fernández que sostiene que "se debe de regular la población de lobo para que los daños sean asumibles". Su ternero estaba asegurado y cobrará de la compañía y la franquicia de la Junta de Castilla y León, pero para él ya no es solo una cuestión económica, sino también personal, porque el "disgusto" no se lo quita nadie cada vez que el lobo ataca. "Cuidamos de nuestros animales para que crezcan", insiste.

asaja critica. Ante estos ataques, Asaja criticó ayer como "el problema lejos de tener visos de solución se ve agravado por la decisión del Ministerio para la Transición Ecológica de incluir este animal en el listado especial de especies protegidas que supone la prohibición de cazar lobos en las zonas de mayor expansión de este depredador". Ante esta situación, el presidente de Asaja afirma que "los que se encuentran en peligro de extinción no son los lobos, son los ganaderos, que cada día acuden a su explotación sin saber lo que se van a encontrar". Mientras, Castilla y León y otras diez autonomías mostraron ayer el gobierno su oposición a la inclusión del lobo el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial.