La posibilidad de que el Ayuntamiento de Burgos recupere los 850.000 euros de la recaudación de las tarjetas de autobús urbano que le adeuda Prepay, que tiene adjudicada su gestión, se hace cada vez más complicada a medida que avanza el concurso de acreedores en el que se encuentra inmersa. La empresa solo cuenta con 204.816 euros en tesorería, según se desprende el primer informe de liquidación trimestral remitido por parte del administrador concursal al Juzgado de lo Mercantil número 1 de Zaragoza.
Ante ese escenario, la ciudad puede dar prácticamente por perdido ese dinero, lo que supondrá un grave perjuicio para las arcas municipales. Pero los problemas no se quedan ahí, dado que Prepay ha iniciado un expediente de regulación de empleo de extinción total de contratos laborales (ERE), es decir que afecta a toda su plantilla, una circunstancia que ya se ha comunicado al Ayuntamiento de Burgos con el objetivo de que «pueda prever una solución al transporte con otra empresa».
Esta situación supone un problema si no hay nadie que se pueda encargar de la gestión de la recarga de las tarjetas o del mantenimiento de las máquinas que permiten ingresar el saldo para pagar el autobús y obligará al Servicio de Movilidad y Transporte Urbano (Smyt) a contratar de manera inmediata a otra empresa que se ocupe de estos trabajos o de los contrario decretar la gratuidad de los autobuses.
Desde que Prepay entró en concurso, el administrador concursal se encarga de ingresar en las cuentas municipales el dinero de las recargas de las tarjetas de los contribuyentes.
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