Nacho Ansótegui (en la foto de la derecha, en el centro) se confiesa «apalizado» después de cada entrenamiento de boccia -en castellano, bocha- porque, después de más de cinco años sin jugar en serio, no recordaba cuánta fuerza necesita para darle a las bolas. Y ganar, claro, que es lo que le motiva. «Pero nunca lo consigo», lamenta este usuario de Apace, sin ocultar que no por eso se desanima. Es más, si la junta directiva de la Asociación de Parálisis Cerebral (Apace) ha decidido reabrir el club deportivo y retomar la práctica de este deporte específico para personas con discapacidad es porque sus beneficios van mucho más allá del ejercicio físico.
Así lo explican los entrenadores del equipo, Nuria Garrido (responsable del área de Ocio en la asociación) y Roberto Septién (miembro de la junta directiva), al comentar que «la parte física y de hacer ejercicio les viene muy bien, como a todos, pero lo importante es que jugar a la boccia se convierte en un tema social, porque salen del centro y se relacionan con otras personas, pero también se trabaja lo cognitivo, porque se han tenido que aprender el reglamento y memorizar estrategias de juego».
La boccia es un deporte paralímpico, que guarda cierta semejanza con la petanca y que obliga a combinar táctica y puntería. Hay varias categorías, en función del grado de discapacidad y de las necesidades de cada jugador; es decir, si puede lanzar con la mano, con el pie o si necesita el apoyo de una canaleta, que es la rampa que se muestra en las fotos. Se puede jugar solo o en equipo y el objetivo siempre es el mismo: conseguir que tus pelotas queden más cerca de una bola blanca que las del contrario. «Tienen que clavar la bola en el sitio», explica Septién, destacando que eso exige fuerza y destreza, pero también conlleva un esfuerzo cognitivo. «Y ahí les vemos mucho avance, en el pensar estrategias para salir de situaciones en las que ven que los están encerrando y tienen que resolverlo o, simplemente, decidir si tiran o se guardan bolas. Han de pensar todo el tiempo», añade Garrido.
Hay varias categorías de boccia, en función de la afectación del jugador y de si puede lanzar con la mano, con el pie o con la canaleta, que es la rampa que aparece en la foto. - Foto: RamisLo difícil es la fuerza y la puntería. Intento ganar, aunque no lo consigo. Pero lo mejor de la boccia es que ayuda a conocer gente» Nacho Ansótegui, usuario de Apace y jugador
Los beneficios directos e indirectos de la boccia son tantos que Apace lo incorporó a su club deportivo hace ahora diez años, pero la pandemia por coronavirus obligó a suprimirlo. Y hasta ahora, cuando la insistencia de los aficionados a este deporte en Apace no solo ha conseguido reabrir el club (denominado Fenba) y retomar la boccia, sino que han optado por ir a por todas y volver a competir. De entrada, participan en la liga regional (la primera jornada se celebró el sábado 8 de febrero sin resultados publicados todavía), pero, como destaca Ansótegui, que es uno de los seis jugadores de Apace federados, con la vista puesta en el Campeonato de España. «Y luego, a los Juegos Paralímpicos», dice, riéndose.
El club lo conforman otros cinco jugadores, que participan en «pachangas» de puertas para adentro de Apace, pero que de momento no compiten porque para ello necesitan más voluntarios. «De los 11, hay ocho que necesitan canaleta y eso requiere idéntica cifra de asistentes, para colocarla, pero sin intervenir para nada en el juego», señalan, destacando que dado que muchas personas con parálisis cerebral tienen dificultades para expresarse verbalmente, eso añade complejidad: hay que establecer un sistema previo de comunicación con el deportista. «En Apace todos los chicos son distintos entre sí, hay que conocerlos y crear un código para entenderte en el juego sin hablar», aclaran.
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Hay varias categorías de boccia, en función de la afectación del jugador y de si puede lanzar con la mano, con el pie o con la canaleta, que es la rampa que aparece en la foto. - Foto: Ramis
Hay varias categorías de boccia, en función de la afectación del jugador y de si puede lanzar con la mano, con el pie o con la canaleta, que es la rampa que aparece en la foto. - Foto: Ramis
El beneficio va más allá de lo deportivo; es social y también cognitivo: han de pensar estrategias de juego todo el rato» N. Garrido y R. Septién, entrenadores
La Federación de Deporte Adaptado de Castilla y León ha cedido todo el material para que los usuarios de Apace puedan volver a la competición de la boccia, pero esto es solo el principio, porque el club deportivo seguirá ampliándose. «En función de lo que ellos demanden», concluye Garrido.