Lear alcanza un pacto en Magnesio y en Ardasa, pero no en Ara

L.M. / Burgos
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La multinacional suscribe un convenio en dos de sus tres plantas en Burgos a la espera de concretar un nuevo proyecto industrial

Ara (imagen) y Ardasa están en Villalonquéjar. Magnesio, en Valdorros. - Foto: Jesús J. Matías

A pesar de los negros nubarrones que se ciñen sobre la multinacional Lear en Burgos, la firma norteamericana de la automoción ha logrado sacar ya adelante la negociación de los convenios en dos de sus tres plantas productivas. Tras iniciar las negociaciones hace varias semanas, sindicatos y dirección han rubricado preacuerdos para el centenar de empleados de Magnesio -en Valdorros- y los más de 200 de Ardasa -en Villalonquéjar-

Aunque por ese extremo el avance ha sido realmente positivo, queda aún por perfilar y suscribir los términos del que afecta a la factoría de Ara, también en Villalonquéjar, y que da trabajo a más de 200 personas. Los tira y afloja entre ambos actores han sido constantes en los últimos tiempos, pero no se ha logrado desbloquear la situación. 

De este modo, el comité ha presentado ante el Servicio Regional de Relaciones Laborales (Serla) una convocatoria de huelga para iniciar el proceso de diálogo con los intermediarios de la Junta. Este encuentro, que sirvió para desbloquear entre otras la negociación del complejo convenio del metal, tendrá lugar la semana que viene.

Sin llegar a ese extremo, sindicatos y compañía han logrado suscribir preacuerdos en Magnesio y Ardasa. La primera de las plantas, que cuenta con una cartera de clientes muy diversificada, ha pactado un convenio a 4 años vista en el que destaca la reducción de cuatro jornadas laborales (al final de la vigencia del mismo), el aumento de la paga extraordinaria de 720 a 1.100 euros (ahora dividida en dos en vez de en una), el incremento de los pluses por desplazamiento a la fábrica para los empleados que no puedan tomar el autobús o el abono de 300 euros anuales a los miembros de la brigada contra incendios. Los salarios subirán lo mismo que contempla el convenio del metal, es decir, aproximadamente un 9% entre 2023 y 2026.

En el caso de Ardasa, con la fábrica de Mercedes como único cliente y con el panorama muy comprometido una vez que el contrato actual expira en 2026, se ha preacordado un pacto para salvar el presente ejercicio.

Los 400 trabajadores que suma esta factoría y los de Ara están a la espera de que la dirección de la multinacional norteamericana les presente un plan industrial que salve a la compañía. El contrato que actualmente cumplen con la planta de Mercedes Benz en Vitoria culmina en 2026 y por delante no hay nuevos acuerdos, una vez que ha perdido en la carrera por hacerse con la prórroga del mismo frente a Faurecia, su competencia.

La primera reacción de la firma fue limitar el horario a las 8 horas diarias preceptivas, porque hasta el momento el personal hacía un 20% más de jornada -pagada, claro está- para aumentar la producción con la fábrica vasca.

Huelga en Vitoria. Esta decisión, que afecta a la viabilidad de Lear Burgos, también ha caído como un jarro de agua fría en el resto de sedes de la firma estadounidense. ELA y UGT han convocado para los próximos días 23, 27 y 31 de octubre (lunes, viernes y martes) una huelga en las instalaciones de Vitoria. Alertan los sindicatos que, con esta decisión por parte de Mercedes, se ponen en peligro los 42 empleos.

«Lear lleva trabajando en el parque de proveedores de Mercedes Benz Vitoria desde el año 2003 en el montaje y secuenciación de los asientos traseros de las furgonetas y desde hace 6 años bajo la dirección de Lear Corporation», apuntan desde UGT. De este modo, los sindicatos vascos exigen la subrogación para mantener los puestos de trabajo. En el caso de Burgos el comité de empresa prefiere ser cauto y esperar a ver cómo se desarrollan los acontecimientos más próximos para tomar una decisión al respecto.