Pura magia. Así es la fotografía de Cristina García Rodero (Puertollano, Ciudad Real, 1949), un conjunto de retratos e imágenes de la España más oculta y misteriosa, aquella que se sumerge en las tradiciones y rituales menos conocidos del país, y que ahora puede disfrutarse en el Círculo de Bellas Artes de Madrid hasta el 18 de agosto.
Desde sus inicios, con solo 23 años García Rodero ha recorrido miles de kilómetros buscando «con pasión» imágenes que muestran el vínculo que la gente tiene entre lo terrenal y lo espiritual, algo que ha encontrado en los ritos de España.
«Fui una kamikaze. Cuando empecé era ignorante, no sabía donde iba, no tenía experiencia. Me encontré sola ante una España desconocida y quería entrar a sus entrañas», indicó ayer en la presentación de su nueva exposición España oculta esta destacada figura de la fotografía contemporánea, galardonada con el Premio Nacional.
Comenzó su camino en 1973 cuando la Fundación Juan March le concedió una beca de creación artística. «Con 180.000 pesetas -algo más de 1.000 euros actuales- pude adquirir mi primera cámara, una Asahi Pentax de 35 mm, y recorrer durante un año los pueblos de España para documentar la memoria de sus fiestas», señaló. La muestra recoge la serie completa de 152 fotografías en blanco y negro que conforman el volumen España oculta (1989), un libro que recoge el trabajo de 15 años por los pueblos españoles y que ahora, 35 años después, vuelve a editarse con el añadido de imágenes inéditas.
En el recorrido se ven desde danzantes, romerías, corridas de toros, carnavales, procesiones, las peticiones de lluvia para el campos, la penitencia por un hijo curado, además de Las Mayas, El Empalao o El Colacho.
La exposición también reúne imágenes con misterio, otras que conducen a lugares mágicos, pero todas cuentan historias increíbles.