«Ahora toca volver a empezar»

F.L.D. / Burgos
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Los Bomberos desalojan y precintan el edificio de Nuño Rasura, en pleno centro de Burgos, cuyo tejado se incendió el miércoles. Angélica, al igual que sus vecinos, tuvo que buscarse la vida ante la imposibilidad de regresar a su casa

Elegir en unos minutos lo más imprescindible de tu casa no es una tarea fácil. Sobre todo cuando no sabes cuándo recuperarás lo que dejas. Los vecinos del número 11 de la calle Nuño Rasura, donde el miércoles se produjo un incendio que obligó a desalojarles y a precintar el edificio, se vieron en esta encrucijada. Todos ellos consiguieron buscarse la vida a la hora de encontrar un techo alternativo, pero con la incertidumbre de cuándo podrán volver. Algunos, como Angélica, retornarán a la casilla de salida. 

Ayer fue la última en salir del edificio acompañada de varios bomberos. Cargaba una maleta que había tenido que hacer en menos de una hora para mudarse temporalmente con unas compañeras de trabajo. Hacía 24 horas que al volver del trabajo se encontró la calle Nuño Rasura cortada y el tejado del inmueble asediado por las llamas. «Fue un poco angustiante porque no sabía hasta dónde afectaba el incendio. Por suerte se produjo a una hora en la que no había prácticamente nadie, pero estábamos en tensión por saber si en algún momento podríamos volver», contaba aún visiblemente nerviosa. 

El fuego fue mucho más voraz de lo que en un principio parecía. Cuando los Bomberos llegaron, dos de las cuatro buhardillas habían quedado completamente calcinadas y el tejado estaba muy afectado. El incendio amenazaba con propagarse por los pisos inferiores, pero fue entonces cuando consiguieron frenar su avance. Los daños, aun así, eran numerosos. No había ni luz, ni agua y el edificio estaba inundado de humo. Era imposible volver allí. 

Angélica recogió enseres básicos antes de abandonar el inmueble.Angélica recogió enseres básicos antes de abandonar el inmueble. - Foto: Miguel Ángel Portilla

Angélica vivía en una de las buhardillas, pero la suya, por suerte, se salvó del peor de los destinos. «Está afectada, pero al menos no he perdido todo lo que había, que era lo que en un principio me temía», reconocía sin ocultar el sentimiento de incredulidad. «Siempre piensas que son cosas que les pasan a otros, que nunca te vas a ver en esta situación y luego no te da tiempo a nada». 

¿Y ahora, qué? «Pues toca volver a empezar, no queda otra», concluía resignada Angélica antes de darse un abrazo con la dueña del edificio, la cual tuvo también que abandonar su vivienda ubicada en el tercer piso. Ambas se desearon suerte mutuamente, sin saber lo que les depararán los próximos días. 

Según confirmó ayer la concejala de Servicios Sociales, Andrea Ballesteros, el Ayuntamiento ha puesto a disposición de los vecinos alternativa habitacional mientras se resuelven los problemas en el número 11 de Nuño Rasura, si bien hasta ayer nadie se había puesto en contacto con ellos. 

Investigación. La Brigada de Policía Científica de la Comisaría Provincial estuvo ayer en el inmueble para recoger evidencias en aras de conocer el origen del siniestro. Dada la dificultad de hallar restos, solicitaron el apoyo de la unidad especializada de Valladolid. Todo parece indicar que el fuego comenzó en una de las buhardillas y rápidamente se propagó a la anexa, pero por ahora es prácticamente imposible saber exactamente por qué se inició. 

Aparte de acompañar y ayudar a los vecinos a recoger los enseres imprescindibles antes de precintar definitivamente el edificio, los efectivos del Servicio de Extinción de Burgos continuaron con las labores de refresco de las zonas más afectadas para evitar rebrotes. Según señalaron fuentes del parque, había dos chimeneas que podían sobrecalentar la cubierta, lo que les obligaba a mantener la alerta. En cuanto a los daños, más allá de inutilizar el agua y la luz, el incendio afectó a la estructura del tejado.