La Fundación Patrimonio Natural reforzará toda la estructura de la Casa de la Madera del Comunero de Revenga con 60 troncos de madera de pino que previamente se someterán a un tratamiento de autoclave para mejorar su respuesta a la intemperie y evitar que, como les ha ocurrido a los instalados durante su construcción, en 2008, se pudran y comprometan la seguridad del complejo. 

Esta segunda fase de las obras se realizará este mes de junio, una vez que los árboles, de 7,5 metros de diámetro cada uno, sean sometidos a ese proceso de alta presión que convertirá la madera en un material más resistente al agua y duradero.

La primera fase se completó hace unos días para dejar limpia la campa antes de la celebración de la romería de la Virgen de Revenga. Tras los graves problemas detectados, sobre todo en la zona del acceso y los dos prismas ubicados más cerca de la carretera principal, se inició una actuación de urgencia en marzo. En esos 209 metros cuadrados del singular edificio se han desmontado los troncos que hacían de tejado para instalar una sobrecubierta de zinc natural apoyada en el panel sandwich existente, con canalones y bajantes de aguas pluviales que canalicen la lluvia y eviten charcos. Después se anclaron los troncos a una estructura de pórticos de perfiles de acero para garantizar su estabilidad.

Las obras no han afectado al funcionamiento de la Casa de la Madera, que se mantiene abierta y con una exposición del colectivo artístico Dessiguales hasta julio. No así, el bar-restaurante de Revenga, que lleva cerrado desde octubre de 2019. Los intentos de subasta y el concurso de ideas lanzado por los ayuntamientos del Comunero (Canicosa, Quintanar y Regumiel de la Sierra) han sido inútiles.