Dos grandes operaciones policiales y varias intervenciones puntuales, una de ellas de índole internacional, han permitido recuperar en los últimos veinte años en torno a doscientas obras de arte robadas de templos de la provincia. Eso, sumado al hecho de que en los últimos años se ha incrementado la vigilancia en las iglesias y ermitas, así como la alerta entre el vecindario de los pueblos, ha significado un descanso para una Diócesis que supera, de largo, el millar templos. «En estos años se han recuperado numerosas obras que habían sido saqueadas, algunas de muchísimo valor. Después de haber sufrido mucho durante décadas con los expolios, estamos contentos», admite Juan Álvarez Quevedo, delegado diocesano de Patrimonio y el hombre que tiene en su cabeza -y en decenas de archivadores y carpetas- un catálogo infinito de piezas de arte sacro de esta provincia.
Álvarez Quevedo no ha podido olvidar la operación que, en 2005, permitió el regreso a casa de un buen puñado de obras sustraídas en una ola de robos que esquilmó más de una decena de templos de la zona oeste de la provincia. Fueron interceptadas en la provincia de Segovia. «Fue un golpe importantísimo», explica Quevedo. De la iglesia de Arcellares del Tozo se recuperaron cuatro valiosos relieves del sigloXVI; del templo de Castrillo de Riopisuerga, varios relieves de su retablo mayor, también del siglo XVI; de la iglesia de Valtierra de Riopisuerga, dos paneles del retablo mayor, cuatro columnas salomónicas y dos tablas, una Oración de Jesús en el Huerto y otra de un Ecce Homo; de la fabulosa iglesia de Grijalba pudieron regresar varios relieves del siglo XVII «espectaculares», en palabras de Quevedo: todos ellos policromados y sobre pasajes de la vida de Jesús: la Anunciación, la huida a Egipto, la matanza de los inocentes, la adoración de los Reyes Magos y la circuncisión. Además, fueron interceptadas seis columnas de un retablo y otro relieve. De la iglesia de Villorejo se recobraron un relieve del lavatorio de los pies, y otros dos más, dorados: el Calvario y la Piedad, todo ello del siglo XVI.Y del templo de Castrillo Mota de Judíos, un relieve policromado sobre el martirio de Santa Laura y otro sobre la predicación de San Juan Bautista, del siglo XVII.
En 2007 se recibió en la Diócesis otra espléndida noticia: tras tres décadas desaparecido, se recuperó el fabuloso relieve de la Adoración de los Reyes Magos de Hozabejas, del siglo XVI, si bien tardó tres años en volver a casa.
En 2016, la Unidad de Patrimonio de la Guardia Civil mostró al delegado diocesano de Patrimonio una talla que resultó ser la Virgen de las Angustias que había sido sustraída en su día de la iglesia de Quintanilla del Monte en Rioja, y que había sido localizada en Levante. «Los investigadores pudieron empezar a tirar del hilo y consiguieron localizar la inmensa mayoría de las obras que habían sido robadas en una oleada de hurtos por las mismas fechas y en distintas iglesias». Fue la llamada 'Operación Sanctorium', que fue rematada con la detención de una persona y la incautación de cientos de obras que tenía escondidas en un chalet de Los Tomillares. Estaban casi todas las obras de las iglesias de Burgos más piezas pertenecientes a templos de otras provincias. «Como lo teníamos todo inventariado, pudimos confirmar la recuperación de todas las obras. Fue una gran acción porque eran muchas las obras robadas», apostilla.
Así, fueron recuperadas las siguientes piezas: de la iglesia de Caborredondo, una imagen de la Virgen, otra del Sagrado Corazón, un San Juan Bautista, dos columnas, la puerta del Sagrario y un Cristo procesional; de Quintanilla del Monte en Rioja, la citada Virgen de las Angustias, una imagen de San Bartolomé, una imagen de la Virgen del Rosario, una custodia, un copón y un incensario; de Revillagodos, un Cristo crucificado y una imagen de la Virgen; de Villalmóndar, una imagen de vestir, varias vinajeras, una imagen de santa con libro, un San Bartolomé, un San Juan Bautista y un Sagrado Corazón de Jesús; perteneciente a la iglesia de Villamórico, un Cristo cruficificado, un San Pedro, un San Pablo, el púlpito, un cuadro de Cristo, así como ciriales y candelabros.
Más conocidas, por recientes, son las recuperaciones de los relieves visigóticos de Quintanilla de las Viñas (en 2019 y gracias a Arthur Brand, el 'Indiana Jones' del arte) y en 2022 de un trozo de un tapiz flamenco de Castrojeriz desaparecido tras uno de los golpes más sonados de Erik El Belga, perpetrado en 1980.