La polémica vuelve a estar servida en Fuentespina alrededor de la ermita del Padre Eterno. Las negociaciones abiertas entre el Arzobispado de Burgos y la comunidad ortodoxa arandina acerca de la cesión del templo para la celebración de sus ritos religiosos han despertado en el pueblo un nuevo debate.
«En ningún momento se habla de ceder la propiedad. Se trata de un acuerdo entre cristianos católicos y ortodoxos para salir ambos beneficiados», confirma Carlos Izquierdo, vicario general de Burgos. «A cambio de una pequeña renta, del pago de la luz y de las urgentes reparaciones que requiere el edificio, los ortodoxos podrían celebrar ahí su misa los domingos», explica.
Sin embargo, entre los vecinos y la comunidad parroquial, el posible convenio ha reavivado unas ascuas todavía algo calientes que retrotraen a las antiguas disputas sobre la titularidad del edificio. Algunos se muestran recelosos ante la entrada de esta comunidad. Otros prefieren conocer mejor los detalles del acuerdo antes de tomar una decisión. «Cuando sepamos en qué consiste el convenio exactamente, tomaremos una decisión», piensan algunos habitantes.
«Estamos en un proceso de escucha entre las partes y la decisión no está tomada ni mucho menos ni nos apetece llevar a cabo un acuerdo que no goce de cierta aprobación», repasa el vicario general. Actualmente, la comunidad ortodoxa tiene un convenio similar firmado con la parroquia arandina de San Pedro Regalado, pero el espacio se les ha quedado pequeño y, por ello, se han fijado en la ermita del Padre Eterno de Fuentespina, que sí reúne las dimensiones que necesitan.
A lo largo del verano, ya ha habido varias reuniones entre el vicario y la comunidad parroquial, pero este domingo 1 de septiembre, se mantendrá un encuentro para exponer a los asistentes los puntos del posible acuerdo. «En ningún momento hemos querido imponer nada a Fuentespina. Sólo estamos negociando con hermanos cristianos con los que tenemos muy pocas diferencias de credo», argumenta Izquierdo.
«Cualquiera del pueblo que vaya por ahí puede ver el mal estado del edificio y algunos de los ortodoxos pertenecen al gremio de la albañilería y han mostrado su interés en su reparación», defiende Izquierdo, mientras recuerda que el edificio está declarado Bien de Interés Cultural. «Pero queremos escuchar lo que opinan los vecinos que acudan este domingo a la reunión. No queremos imponer a la fuerza ninguna decisión», recalca el vicario.
Actualmente, existen en la provincia otros dos acuerdos firmados con la comunidad ortodoxa: uno en Villatoro y el de la parroquia arandina y «ambos han sido beneficiosos para los católicos y los ortodoxos respectivamente», cuenta Izquierdo. «Por supuesto, el uso del templo los domingos durante unas horas por esta comunidad no impide al pueblo celebrar ahí la misa de las fiestas de mayo, una boda o cualquier otro rito que sea necesario», puntualiza Izquierdo. «Tan sólo sería necesario avisar con unos días de anhelación», concreta.