A 30 kilómetros de la capital burgalesa y a la misma distancia de Salas de los Infantes se encuentra en plena comarca de Lara esta pequeña, tranquila y cuidada población. A lo lejos es fácil distinguirla, su iglesia en honor a San Millán, en la cima de un alto, sirve como guía y como referencia. Al parecer, esa torre del templo fue de vigilancia junto con el castillo de Lara, y es de donde toma su origen el nombre de la localidad, Torre de Lara, Torrelara, según explica su alcalde, Rubén González, que ha iniciado este año su tercera legislatura al frente del consistorio de su pueblo. «La torre ha estado sola y la iglesia es posterior, porque está construida como abrazándola», añade.
El templo ha sido recientemente objeto de una actuación lideraba por el Ayuntamiento y que ha contado con fondos aportados por la parroquia y los vecinos, que han trabajado en su restauración. «Se han saneado las paredes de la iglesia, y se ha visto que debajo de la cal había pinturas. También hemos arreglado la cubierta del campanario», explica el alcalde, que destaca la implicación de los vecinos. «La gente quiere a su pueblo y colabora, sino sería imposible poder hacer estas mejoras como la de la iglesia u organizar otro tipo de actividades». Además de esta iglesia, que en la actualidad apenas se usa, la localidad cuenta con dos ermitas, la de San Roque, donde se ofician la mayoría de las misas que se celebran en el pueblo y que parece una obra barroca del siglo XVIII; y la de San Cristóbal, que se encuentra en una meseta elevada, a medio camino entre Torrelara y Quintanalara y que probablemente fuera el lugar de culto de algunos despoblados medievales. Precisamente es en honor a este santo una de las fiestas que celebra la localidad el 10 de julio. «Se sube en procesión desde la ermita de San Roque hasta la de San Cristóbal, en el monte. Allí se dice misa y se almuerza»; también ese fin de semana hay música y otro tipo de actividades. Otra de las fechas que festeja la localidad es la de San Millán. «Es el patrón del pueblo y es una fiesta que hemos recuperado. Se dice misa en la iglesia y después se celebra una comida o una cena por el simple hecho de juntarnos todos y poder compartir un rato en armonía», explica.
Además de los edificios religiosos, Torrelara cuenta con otras edificaciones interesantes y de titularidad municipal. Una de ellas es el potro, que se restauró recientemente gracias a una ayuda de Agalsa colocando sobre él una nueva cubierta. Junto al potro está la fragua y también se conserva el edificio del horno, donde antiguamente cada semana un vecino del pueblo se encargaba de cocer el pan para el resto, como recuerda su alcalde. La escuela es en la actualidad la asociación y donde está el bar, mientras la casa de la maestra se encuentra ahora alquilada a una familia. También destaca, subiendo hacía la iglesia, un crucero de piedra del siglo XVII, que servía para señalizar un cruce de caminos. Durante los últimos años el Ayuntamiento ha estado inmerso en un importante proyecto, la construcción de la nueva casa consistorial, que se ha reconstruido sobre la antigua cantina, con una inversión, a través de subvenciones, de 100.000 euros. La construcción del nuevo Ayuntamiento, con dos plantas y con diferentes salas para que los vecinos puedan hacer uso de él, conllevó también el arreglo de la plaza donde se encuentra y que era la antigua bolera, con un importante cambio de imagen de la zona.
Otro de los proyectos liderados por Rubén González, de hecho fue la primera iniciativa que desarrolló en Torrelara cuando entró en su Ayuntamiento, fue la construcción de un espacio de ocio a la entrada del pueblo, donde hay 4 asadores, mesas con cubierta y zona de juegos para niños. «Es un lugar que se usa muchísimo por los vecinos, sobre todo cuando el tiempo es bueno». La nueva depuradora, el arreglo de calles y de una plaza son otros de los proyectos que han salido. De cara al futuro, González tiene una nueva iniciativa. «Hace dos años el Ayuntamiento compró una finca en el centro del pueblo y la idea es construir una pista polideportiva para la gente joven y otra de petanca para los mayores», afirma el alcalde, que también continuará con el arreglo de las diferentes calles y con mejoras en la red de aguas residuales.
Durante este verano, como los cuatro anteriores en el mes de agosto, se está celebrando en la localidad el Ciclo de Montaña y Aventura, con interesantes charlas cada jueves sobre este ámbito. La próxima será el día 27, a las 20.30 horas, cuando Alvar Ibáñez hable sobre un viaje en moto a través de India.