El albergue de peregrinos retoma el pulso tras la covid

F. MARTÍNEZ DE ARBULO / Burgos
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Más de 11.000 usuarios han pasado entre enero y julio por la Casa de los Cubos. La Asociación de Amigos del Camino reclama mejoras en los diferentes accesos a la ciudad

Los peregrinos hacen cola antes de entrar al albergue, situado en la calle Fernán González. - Foto: Alberto Rodrigo

El albergue de peregrinos de la Casa de los Cubos empieza a olvidarse a poco a poco de la pandemia. Aunque el presidente de la Asociación de Amigos del Camino de Santiago de Burgos, Jesús Aguirre, reconoce que «todavía no nos hemos recuperado» de la covid, se muestra optimista tras un verano en el que la instalación de la calle Fernán González está retomando el pulso.

Luna y Alessandra, de origen italiano, son dos de los 11.500 peregrinos que han pasado entre enero y julio por el albergue de Burgos. Ambas comenzaron solas el Camino, se conocieron en Larrasoaña, una pequeña localidad navarra al norte de Pamplona, y han forjado una amistad que, según relatan emocionadas, perdurará más allá de esta experiencia.

En la Asociación ven factible alcanzar los 20.000 usuarios en este 2024 y superar los números del curso pasado. De hecho, esperan tener en septiembre una gran afluencia de peregrinos. En ese mes ya el año pasado recibieron más de cien visitantes al día y confían en mejorarlo. Eso sí, los más de 30.000 peregrinos que hubo en todo el año 2017 se ven aún como un objetivo inalcanzable.

Quien tiene experiencia en esto del Camino de Santiago es David, que lo ha realizado en trece ocasiones, mientras que Pedro, un guipuzcoano amante de esta tradición, relata que no pudo terminarlo hace dos años y este verano ha decidido volver a donde lo dejó. Caroline y Renné comenzaron el peregrinaje en Bélgica y sus piernas habrán realizado más de 2.500 kilómetros cuando lleguen a Santiago.

Aguirre lamenta que los accesos del Camino a la ciudad, en Gamonal y Capiscol son dos pasos que podrían humanizarse mucho más e intentar que sean más naturales. Por ejemplo, ensanchando la acera, instalando bancos, zonas verdes... Hay muchas posibilidades para hacerlo más acogedor. Otros peregrinos, por la deficiente señalización, optan por caminar por la zona pegada a la orilla del Arlanzón y se pierden algunos monumentos esenciales de la zona urbana como es el Monasterio de San Juan. «Llegan hasta la plaza de Santa Teresa o el puente de Santa María y hasta que no ven la Catedral no saben dónde parar», argumenta Jesús.

Aguirre es un amante del Camino de Santiago francés y de los paisajes que arrancan en Saint-Jean Pied de Port y que dirigen al peregrino hacia Roncesvalles, los Pirineos, Navarra, los viñedos de La Rioja y que llegan hasta la estepa castellana, otro de los lugares más preciados para el presidente, quien además alaba la imagen de los campos de girasoles que se encuentran en el trayecto y quita importancia a la sequía que se sufre en verano en estos tramos del Camino. 

Desde la propia  asociación están convencidos de que el Camino de Santiago seguirá batiendo récords y podrán recuperar las cifras de antes de la pandemia.