Esta semana se conmemora el Día Internacional contra el Cambio Climático con el objetivo de movilizar y sensibilizar a la sociedad -gobiernos, empresas, organizaciones y ciudadanía- acerca de los efectos del cambio climático y el grave peligro que conlleva el calentamiento global sobre el planeta.
Este fenómeno impacta directamente en los recursos hídricos, en su disponibilidad, ante una demanda cada vez creciente, como en su calidad; con consecuencias en los ecosistemas y la salud humana, aún más en los colectivos en situación de mayor vulnerabilidad.
España es uno de los países de la UE más afectados, con episodios meteorológicos cada vez más frecuentes y extremos. Lo hemos visto con las recientes inundaciones que han puesto a prueba la resiliencia de las infraestructuras de algunos municipios de Castilla y León.
Indicadores de monitorización en tiempo real en la planta de tratamiento de agua.El impacto del cambio climático en los recursos hídricos es, por tanto, una realidad que obliga a repensar el modo en el que usamos el agua como sociedad y a sumar esfuerzos entre empresas especializadas en el sector como Aquona, líder en la gestión sostenible del agua en la región, y administraciones públicas para asegurar el suministro de agua de calidad de forma continuada y sostenible.
Se trata de un reto del que la Administración ha tomado conciencia y, por ello, está trabajando para ayudar a los municipios en materia de desarrollo sostenible y transformación digital con el fin de llevar a cabo estrategias efectivas de mitigación del cambio climático. Hace unas semanas salió el anuncio de la tercera convocatoria de las subvenciones a proyectos para la mejora de la eficiencia del ciclo urbano del agua, también conocidas como PERTE de digitalización del ciclo del agua. La cuantía de estas ayudas asciende a 50 millones que se suman a los 300 ya concedidos de las dos convocatorias anteriores.
Aquona presta servicios vinculados a la gestión sostenible del agua y los recursos en más de 60 municipios de Castilla y León desde hace más de 50 años. Su director ejecutivo, Jesús García del Valle, explica cómo el modelo de colaboración público-privada ha hecho posible el impulso al desarrollo sostenible y la transición ecológica allá donde la compañía está presente. «Tenemos una dilatada experiencia en ofrecer soluciones innovadoras a los ayuntamientos que contribuyan a afrontar los desafíos medioambientales actuales; nuestra principal fortaleza es la transformación digital que hemos aplicado a la gestión del abastecimiento, el saneamiento y la depuración en la región», subraya García del Valle.
Y es que la totalidad de las redes de abastecimiento y saneamiento que la empresa gestiona están digitalizadas a través de sensores. La información que proporciona la tecnología permite saber qué está sucediendo en todo momento en las tuberías, prevenir posibles fugas y anticiparse en la toma de decisiones. Por ejemplo, la estación de tratamiento de agua potable (ETAP) de Palencia se encuentra telecontrolada y monitorizada en tiempo real, pudiendo modificar y adaptar los procesos que intervienen en la potabilizadora, en función de la climatología del momento, con el fin de garantizar la máxima calidad del agua.
Impacto positivo
Sin duda, la innovación y la tecnología han sido factores clave para la transformación de la depuradora de Palencia en una ecofactoría. «Es una planta capaz de valorizar recursos, regenerar agua y producir energía, creando un impacto positivo en el entorno», indica el director de Aquona.
En lo que a digitalización dentro de este proceso de conversión en ecofactoría se refiere, destaca el proyecto Hipervisión, un sistema que regula la operación de la planta en función de los parámetros sensorizados. A modo complementario, se ha implantado el Createch, una herramienta basada en IA que permite una mejora sustancial en el proceso de eliminación de materia orgánica y nutrientes.
Para Jesús García del Valle, este modelo de «infraestructura digital» es replicable a otras localidades en este momento «de oportunidad» que están originando ayudas como los PERTE. «Es una alianza público-privada que combina un amplio conocimiento tecnológico y de gestión por parte de Aquona y un notable esfuerzo por parte de la administración, orientado no solo a la aplicación de los últimos avances, sino también a una adecuada planificación del mantenimiento y renovación de las infraestructuras hidráulicas», asegura el responsable de la compañía. En este sentido, García del Valle recuerda que «la necesidad de renovación de redes e instalaciones sigue siendo la asignatura pendiente en nuestro país con un déficit de inversión en infraestructuras de agua de 5.000 millones anuales».
Solo de esta manera podremos tener unos servicios de abastecimiento, saneamiento y depuración capaces de adaptarse y mitigar los efectos del cambio climático de una manera rápida y eficiente, que contribuyan a materializar una transición ecológica como motor de desarrollo y prosperidad en el territorio.