La huelga de examinadores de tráfico retrasará 24 pruebas a la semana

I. Elices / Burgos
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Los cuatro funcionarios de Burgos secundan el parón, que solo afecta a las tres últimas horas de su jornada. Exigen no tener que dar el resultado al momento para evitar agresiones

 
La exigua plantilla de examinadores con que cuenta la Jefatura Provincial de Tráfico, solo cuatro en Burgos, ya ha obligado este verano a convocar  las pruebas con tres semanas de retraso sobre la fecha de solicitud del interesado. Ahora, la huelga que han convocado estos funcionarios a nivel estatal y que secundan los 4 de Burgos, amenaza con demorar aun más la cita para el ejercicio práctico. En torno a 24 exámenes habrán de posponerse esta semana en la capital, según los cálculos la Asociación de Examinadores de Tráfico (Asextra).
Este parón es de carácter indefinido, pero no es de jornada completa. Hasta ayer los examinadores de Burgos, con horario de verano, dejaron de trabajar entre las 11,30 horas y las 14,30. A partir de mañana será de 12 a 15 horas. Cada día dejarán de practicar una media de seis pruebas, cuando lo normal es que completen un total de 13. Precisamente la reducción  del número de exámenes por cada funcionario es una de las reivindicaciones de Asextra, que exige esta medida para «una mayor calidad», según señala Leonardo Calvo, portavoz en Burgos.
¿Qué piden los examinadores? 
Por una parte, solicitan la adecuación del complemento específico del puesto de trabajo de examinador a las tareas  específicas del mismo, así como la adecuación del complemento específico del resto de puestos propios de la DGT.
También quieren que la entrega de resultados sea en diferido. Se niegan comunicar su decisión sobre las pruebas justo al terminar las mismas «por el riesgo a sufrir agresiones». Es cierto, según Calvo, que en «Burgos se producen muy pocas, pero en otros territorios son muy habituales». No entiende por qué en el caso del examen teórico la nota se da después y en el práctico hay que darla en el mismo momento.
«Dado los riesgos físicos que conlleva dar el resultado in situ, exigimos que se busque la fórmula para que, al igual que ocurre con la prueba de control de conocimientos, no estemos obligados a comunicar  el resultado», afirma Calvo. 
También abogan por el carácter público de los exámenes y defienden de que sigan siendo funcionarios los que sigan evaluando a los ciudadanos.
La huelga de examinadores «no hace sino echar más leña al fuego» al problema que tienen las autoescuelas para satisfacer los deseos de sus clientes, según señala Miguel Martínez, presidente de  Apab. «Este parón nos hará retrasar aún más la fecha de los exámenes, que podría irse a más de un mes desde que presentamos los papeles en tráfico», estima.
Entre noviembre y abril la plantilla de examinadores de Burgos sí que es suficiente, reconoce Martínez, pero desde mayo a octubre, cuando se incrementan las matrículas en las autoescuelas, «son muy escasos». «Si los alumnos nos piden examinarse en tal fecha no podemos decirles que han de esperar al invierno para hacerlo», se lamenta.