Ilia Galán

LA OTRA MIRADA

Ilia Galán

Poeta y filósofo


El impostor del Titanic

17/11/2024

Gran fila de sufridos devotos se organizó para entrar en el Ateneo de Madrid, de ella tuve que rescatar a José María Merino, el escritor y miembro de la Real Academia, a quien condenaban a larga espera en pie entre la expectante multitud, con su mujer, innobles modos que ya ni las canas respetan; muchos importantes llegaban a veces con coches oficiales, numerosos chóferes de ricos o importantes. De mi brazo iba, desbordante de glamour, Carmen Lomana, a quien demasiado a menudo asaltan, menos mal que para decirle que está divina y la adoran, como a una diosa. 
El gran y esplendoroso salón de actos estaba lleno, muchas corbatas, visones y refinados trajes. Carmen Posadas presentaba El misterioso caso del impostor del Titanic, a un lado la hermosa y brillante Marta Robles, al otro Manuel Marchena, del Tribunal Supremo, magistrado que magistralmente hablaba de casos judiciales estrambóticos, o de la prosa cotidiana de la infamia, tan aburrida, mostrando la mentira en sus múltiples facetas. Nos estamos acostumbrando a ella, a las imposturas. Como decía la filósofa germana que desenmascaró la banalidad del mal, Hannah Arendt: «Mentir constantemente no tiene como objetivo hacer que la gente crea una mentira, sino garantizar que nadie crea en nada. Un pueblo que ya no distingue entre la verdad y la mentira no puede distinguir entre el bien y el mal». Esto lo dijo ante las mentiras de la Casa Blanca con la Presidencia de Nixon, que caería luego. A lo que añadió, certera: «Un pueblo así, privado del poder de pensar y juzgar, está, sin saberlo ni quererlo, completamente sometido al imperio de la mentira. Con gente así, puedes hacer lo que quieras».
Así estamos, basta leer la prensa y comparar con los bulos que por las redes sin cesar circulan, basta escuchar lo que sucede con nuestro Gobierno, donde creen al pueblo imbécil o parece que lo creyeran, según abusan sin cesar de las mentiras, para ocultar sus intereses particulares, su enriquecimiento personal. Incluso la Radiotelevisión Española ha sido sometida de modo atroz, mientras morían ahogándose en el Levante, a una purga y un cambio violento de su directiva. Se trata de controlar lo que se emite sobre política, sobre todo: el ministerio de los filtros, la fábrica de las mentiras o las verdades a medias.
Todo gran país es parecido a una nave enorme que nos lleva a todos. Cuando el Titanic fue botado hubo quien dijo: «Este no lo hunde ni Dios». El desastre ocurrió en pocos días, y Dios dejaba que se hundiera con todo su lujo esplendoroso, soberbio. Como soberbios son quienes hoy imperan. El libro de Carmen Posadas relata el trato infame a las distintas clases sociales en medio del desastre, desde la ficción, centrada en la impostura, donde la «mentira» desvela las verdades.