La astronauta que quiso ser patinadora de supermercado

Agencias
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Sara García invita, a través de su obra 'Órbitas', a recorrer una zigzagueante aventura hacia la consecución de su sueño como integrante de la Agencia Espacial Europea

La leonesa se convirtió en la primera cosmonauta española en 2022. - Foto: E. Press

«Sin duda la curiosidad ha sido el combustible que me ha impulsado a lo largo de mi vida». Ese deseo de explorar es el que Sara García, astronauta de reserva de la Agencia Espacial Europea (ESA), trata de transmitir en su obra Órbitas (Penguin Random House), en la que rememora los pasos y decisiones que le han llevado a forjar una brillante carrera.

«Tanto Pablo (Álvarez) como yo somos astronautas de la ESA que representan a su país, la ciencia, una serie de valores y ahí no me puedo permitir no hacerlo bien, no estar a la altura, entonces intento dar lo mejor de mí misma y ahí todos mis miedos ni siquiera permito que permeen en mi cerebro», destaca la leonesa.

A lo largo de seis capítulos, la autora, con una combinación de autobiografía, ensayo y ficción, invita al lector a recorrer el camino imperfecto hacia la consecución de sus sueños.

Pero su deseo no siempre fue el de conocer en mayor profundidad el espacio, ya que, entre otras profesiones, de pequeña imaginaba ser patinadora de supermercado.

«Cada vez que algo me generaba curiosidad, me motivaba o quería experimentarlo, me animaba a hacerlo. Y aprendí desde a patinar hasta cocinar, temas de ingeniería, de ciencia, de moda... Me interesaban muchas cosas y cuando algo captaba mi atención lo exploraba», explica la astronauta.

Cuentacuentos, ingeniera, artista del origami, diseñadora de moda, crítica de cine, chef, leñadora, granjera, constructora, exploradora, adiestradora canina o jugadora de póquer profesional son otros de los trabajos con los que soñaba en su momento la actual integrante de la ESA.

Sara García confiesa que siempre se ha preguntado cuándo surgió su amor por la exploración, especialmente con toda la introspección y la reflexión que ha realizado al escribir este libro.

«Siempre me he recordado así, no sé en qué momento surgió. Por eso digo que a lo mejor ya nací así, estaba en mi ADN de alguna forma y se potenció, mis padres me potenciaron mucho a leer, a explorar, a aprender. Cuando al final tienes un refuerzo positivo a una experiencia la perpetúas», asegura.

Aunque actualmente es capaz de dar conferencias ante cientos de personas y de hacer decenas de entrevistas, la cosmonauta nacida en León narra que de joven era una chica tímida y con miedos, algo que ha conseguido superar «con perseverancia» y siendo consciente de cuáles son sus limitaciones y puntos débiles, además de trabajar en conseguir herramientas para lidiar con ello.

Infancia compleja

Precisamente uno de los problemas de su vida que ha marcado «bastante» su personalidad es el haber recibido insultos por su aspecto físico en el colegio. Por ello, la científica recomienda que, si hay niños y niñas que estén sufriendo bullying, acoso, que sientan que algo les está mermando su confianza y su autoestima, «que no se lo guarden, que intenten ponerle solución de raíz desde el inicio».

«Cuando somos niños pensamos que eso que sentimos, ese dolor, esa vergüenza, esa falta de autoestima, solo nos ocurre a nosotros. Luego sabes que no, el problema es que te das cuenta de adulto, cuando estás metida en el barro y eres una niña pequeña piensas que solo te pasa a ti. Entonces, tener ese valor de compartirlo con otras amigas, con tu familia, con profesores, puede ayudar mucho», defiende.

Sabe de lo que habla. En su día fue una niña a la que los chicos que jugaban al fútbol le tiraban la pelota a la cabeza mientras la llamaban gorda. «Y lo que te hacía más daño no era el balonazo», puntualiza.

«Cada vez que algo me limitaba, he intentado enfrentarme a ello, relativizarlo y superarlo», sostiene Sara García, que tomó esas vivencias como un estímulo que le han permitido ser la mujer excepcional que es hoy.