«Paul Naschy ya es un mito»

R. PÉREZ BARREDO / Burgos
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El Festival de Cine Fantástico de Sitges acogerá el estreno de 'Llámame Paul', documental definitivo sobre la vida del director y actor burgalés Jacinto Molina, conocido como Paul Naschy, icono del cine fantástico y de terror

'El retorno del Hombre Lobo', una de las imprescindibles de Naschy.

Es el único burgalés que cuenta con efigie en el Museo de Cera. Y no es para menos: Jacinto Molina, conocido con el nombre artístico de Paul Naschy, lo fue todo en el mundo cinematográfico del terror. No en vano, ostenta el récord de interpretaciones del mito clásico del hombre lobo en la gran pantalla: hasta en doce ocasiones fue el licántropoco que atemorizó a varias generaciones de espectadores. Pero también fue el conde Drácula, el mismísimo Diablo, un asesino en serie, una momia rediviva, Frankenstein, un sádico satánico, un destripador despiadado, un monstruo espeluznante, un fanático y cruel inquisidor... Tras la cámara y delante de ella, dejó un legado impresionante: más de un centenar de películas, algunas convertidas en iconos del cine de terror; filmes de culto que se reverencian entre los fanáticos del genéro, que son una legión.

Homenajes en festivales y numerosos libros sobre su vida y su legado se sucedieron tras el fallecimiento de Naschy -que fue enterrado en su amado Burgos- en 2009. Pero es ahora, en el noventa aniversario de su nacimiento y quince años después de que su aullido se apagara, cuando el cine honra a Molina con todas las de la ley. Será en el marco del Festival Internacional de Cine Fantástico de Cataluña -el veterano y prestigioso Festival de Sitges, que alcanza este año su 57 edición y que se celebrará entre el 3 y el 13 de octubre- donde se estrenará el largometraje documental Llámame Paul. Dirigida por Víctor Matellano y con guion de éste y de Ángel Sala, la cinta pone en valor el legado de la que ya es una mítica figura del fantaterror. Tomando como punto de partida un infarto que sufrió en 1991, la película repasa la vida y obra de Naschy a través de numeroso material de archivo de sus películas y testimonios de importantes colaboradores del cineasta, entre ellos los intérpretes Caroline Munro y Jack Taylor.

«Burgos es fundamental en la vida de Naschy, y en el documental tiene una doble presencia. Por un lado, por su infancia: él pasó la posguerra en Burgos. En la película hay imágenes de la ciudad, de la Catedral, que fue muy importante porque siempre le llamaron la atención las gárgolas, los sepulcros y el Papamoscas. Se le quedaron fijados. Le marcaron. Esa estética gótica, esas criaturas que son las gárgolas... Hay un momento de la película (porque él lo dejó escrito y aparece reflejado en el documental en la voz de Héctor Cantolla -que era su actor de doblaje en las películas-) que él imaginó ya entonces historias alrededor de aquellas figuras», explica Matellano.

'Llámame Paul' es un documental sobre la vida del director y actor burgalés Paul Naschy.'Llámame Paul' es un documental sobre la vida del director y actor burgalés Paul Naschy.

Burgos es esencial en la vida de Naschy. Tiene mucha presencia en la película"


El cineasta, que fue amigo personal del icono patrio del cine fantástico y de terror, ha querido en su trabajo no sólo reivindicar su figura y su legado, sino hacerlo a partir de esos momentos fundacionales, seminales en la vida del actor y director. «La infancia de Paul Naschy definió su vida. Cuento esa infancia en Burgos, los relatos fantásticos que le contaba su niñera al calor de la lumbre; el recuerdo de ver a su padre llegar del frente que tanto le impresionó y asustó...», explica el director de Llámame Paul. Molina, hijo de un afamado industrial peletero de la plaza llamado Enrique Molina, fue un niño de extraordinaria imaginación, alimentada y expandida por las historias que le contaba aquella tata y por los tebeos que hechizaban su curiosa mirada desde el suculento escaparate de la librería del Espolón, paseo que exprimió a diario durante su infancia, escenario esencial de sus juegos y ensoñaciones. «Recuerdo haber devorado los famosos cuentos de Calleja, que me compraba mi madre en aquella maravillosa librería. Mi vida está muy ligada a Burgos desde siempre», evocaba para este periódico en una de sus últimas entrevistas. «Todo lo que vivió en aquella infancia explica sus películas», sostiene Matellano.

Aunque nacido en Madrid, Jacinto Molina se consideró siempre burgalés. En Burgos pasó su infancia y juventud; en Burgos descubrió el cine; en Burgos conoció a la burgalesa con la que se casó, Elvira Primavera; en Burgos descansan sus restos tras su fallecimiento el año 2009 (Aquí yace Jacinto Molina Álvarez 'Paul Naschy', reza en la lápida de uno de los primeros panteones de la avenida central del cementerio de San José). Siempre recordó Paul Naschy con cariño el cine Coliseo, mágico espacio donde presenció su primera película, Garbancito de la Mancha. Cuando, varios años después, en un cine de barrio de Madrid, vio las primeras películas de terror, decidió que quería ser actor en filmes de ese género. «Quiero ser hombre lobo», le dijo a su madre. Y a ello dedicó su intensa vida aunque estudió Arquitectura y Ciencias Exactas: ejerció la halterofilia (llegó a ser campeón de España en varias ocasiones), dibujó portadas de discos de Elvis Presley o Budy Holly; escribió novelas del oeste con el seudónimo de Jack Mills. Hasta que en el año 1968 debutó en cine con La marca del Hombre Lobo.

Cartel del documental sobre el mito burgalés Paul Naschy.Cartel del documental sobre el mito burgalés Paul Naschy.

Todo lo que vivió en aquella infancia burgalesa explica su cine. Quedó marcado"


«El documental cuenta en imágenes todo esto», subraya el director de la cinta, por la que también desfilan su hijo Sergio y su nieto Iván, que es el protagonista de uno de los pasajes de ficción con los que cuenta el trabajo y en el que ese niño, que quiere recordar a Naschy, aparece corriendo asustado por un bosque. «Se juntan tres generaciones». Pone de relieve Matellano en su cinta «el concepto de autor. El cine de Naschy tiene caracter de autoría, sello propio. Es una figura nacional e internacional. Yo explico eso: en cada una de sus películas está su personalidad, su pensamiento, que muchas veces era crudo y pesimista. Él tenía mucha desconfianza en el ser humano. Era un romántico y un fatalista. Además, fue un hombre hecho a sí mismo, un autodidacta. Cultísimo, poliédrico, complejo, intenso. Jamás hizo copias de otros cines, aunque le influyeran. E hizo de ello su forma de vida. Él recreaba su interior, su personalidad, que no puede explicarse sin sus primeros años, sin su infancia en Burgos».

No tiene duda el autor de Llámame Paul que el Boris Karloff español tiene el reconocimiento que merece. «Naschy es un mito. Y ahora es el momento del reconocimiento y desprejuiciamiento de un cine de género que fue denostado durante mucho tiempo en España. Aunque antes de morir fue consciente de que su figura y su legado ya eran reivindicados. Fue un hombre querido y dejó un legado cultural muy importante», concluye Matellano.