El hospital Santiago Apóstol de Miranda estudia lanzar la alerta epidemiológica por un brote de gastroenteritis en la ciudad. Los centros de salud también han notado el incremento de pacientes con vómitos, diarrea y dolor abdominal, y mientras se atienden los casos, las autoridades tratan de encontrar las causas. Desde el centro comarcal se apunta al agua de la red municipal, ya que por ahora es el único nexo entre todas las personas a las que han atendido. Eso pone la pelota en el tejado del Ayuntamiento de Miranda, donde el concejal responsable del suministro, Guillermo Ubieto, detalla que los análisis realizados hasta el momento no muestran ningún parámetro que indique que este elemento pueda ser el detonante del brote, aunque siguen haciendo pruebas y no se descarta nada.
Mientras se estudia la causa, las autoridades locales mantienen un diálogo constante con el hospital, aunque eso no ha evitado que los vecinos se hayan lanzado en masa a comprar agua embotellada para el consumo. Lo notan en las pequeñas tiendas y también en los supermercados, donde los lineales se han quedado en muchos casos vacíos en muy poco tiempo. En el Eroski de la calle Arenal se indica que "en una hora" han vendido todas las reservas y avanzan que "a la tarde llegará más". En el hospital apuntan que para no colapsar el servicio solo acudan las personas con síntomas más graves. Ayer por la tarde noche empezaron a notar un goteo constante, que ha seguido de madrugada y que sigue en estos momentos.