La ocupación se prevé parecida a la de anteriores campañas, principalmente en las noches centrales de la Semana Santa, es decir de Jueves a Sábado, si bien en esta ocasión los empresarios de hoteles ven una diferencia respecto a años pasados por las mismas fechas que aporta «tranquilidad» al sector. Ese cambio que, según la patronal responde a una variación de las costumbres de los turistas, pasa por una antelación de las reservas nunca antes vista, de tal forma que estas se encuentran ya al 90% de la planta de alojamientos de la capital, con lo que el lleno, salvo imprevistos meteorológicos, estará prácticamente asegurado durante esas jornadas clave del primer periodo vacacional del año a 15 días vista.
Los hoteleros presentían en cierto modo esta situación cuando después de las fiestas de Navidad comenzaron a entrar las primeras llamadas, sobre todo de visitantes nacionales. «Arrancó como un goteo que fue incrementándose en el tiempo», reconoce el presidente de la Federación de Hostelería, Luis Mata, quien a modo de ejemplo recuerda temporadas pasadas en las que la ocupación apenas se situaba en el 50% dos semanas antes de las celebraciones, lo que, según precisa, provocaba incertidumbre en el empresariado. Es más, rememoraba malas campañas en las «se ha llegado a vender hasta 60% de las habitaciones durante la semana anterior», obligando además a reducir drásticamente los precios.
Mata considera que esas más que favorables previsiones no responden, sin embargo, a un crecimiento de la demanda sino a una tendencia por parte del consumidor que ya se notó el año pasado y que se ha confirmado y acrecentado durante el actual. Por un lado, hace referencia a la «flexible» política de cancelaciones de los hoteles, gratuita en la mayoría de los casos, al igual que al hecho de que las reservas anticipadas suelen ir acompañadas de ofertas más ventajosas para el bolsillo del cliente que cuando se acercan en el tiempo las fechas más demandadas.
Resto de jornadas. Con todo ello, Mata pronostica que se colgará el cartel de completo en los alojamientos de la capital de Jueves a Sábado Santo, si bien no pasa por alto una circunstancia que siempre está presente en el sector: la meteorología. Esta puede frustrar los buenos pronósticos y que «cuatro o cinco días antes se pueda registrar un 20% de cancelaciones», con lo que «tendríamos que malvender las habitaciones porque ningún turista elige Burgos sin poder anular con anterioridad». En cuanto al resto de jornadas, el representante de la patronal avanza un lleno para el fin de semana del Domingo de Ramos, que, además, coincide con la celebración de la Copa del Mundo de Danza, un evento multitudinario que ayudará a conseguir ese objetivo pese a que se han caído algunas reservas. Finalmente, de Lunes a Miércoles Santo, al igual que la noche del Domingo de Pascua, se alcanzarán ocupaciones de entorno al 75% o, incluso, superiores.
Aunque las fechas de mayor movimiento en el sector coincidan con la Semana Santa, el empresario asegura que su declaración de Interés Turístico Nacional aún no se ha traducido en una mayor afluencia de visitantes por este motivo. «Hay que seguir trabajando porque se compite con ciudades y localidades muy difíciles», apunta, sin dejar de citar en este sentido a Zamora o Valladolid. Considera, por tanto, «necesaria» que exista una mayor promoción de esta celebración para dar a conocer su atractivo en otras provincias.