El Salario Mínimo Interprofesional (SMI) de 2025 asciende a1.184 euros brutos (50 euros más que en 2024) en 14 pagas o 16.576 euros (700 euros más) brutos al año, según recoge el BOE en su edición del miércoles. En paralelo, se ha abierto un debate político en torno a si a los perceptores del nuevo SMI se les deben aplicar retenciones del impuesto sobre la renta de las personas físicas (IRPF) al superar ya el mínimo exento.
En realidad, se trata de un debate ajeno a la realidad económica diaria de, al menos, 50.200 burgaleses, cuyos ingresos salariales reales (y fiscales) quedan muy por debajo de los 16.576 euros/año o apenas rozan ese nuevo mínimo anual obligatorio establecido por el Gobierno para 2025.
Esta población por debajo del SMI, que incluso ha crecido en más de 7.000 trabajadores en Burgos desde que Pedro Sánchez asumió el Gobierno (2018), se apaña, según los últimos estudios provincializados sobre salarios de la Agencia Tributaria (que datan del ejercicio 2023), con unos ingresos anuales medios que fluctúan entre los 3.000 y los 11.500 euros, cantidades que reflejan los tiempos efectivos trabajados (en muchos casos por horas y muy por debajo de la jornada media) y un calendario anual de ocupación muy fraccionado con periodos sin actividad laboral.
En el tramo más bajo de la escala de sueldos y del poder adquisitivo son mayoría los más jóvenes y, sobre todo, las mujeres (en todas las edades), colectivo este último que se enfrenta a tiempos de trabajo más intermitentes (por compaginarlo con el cuidado de hijos o familiares) e incluso esporádicos y en el que la cuantía de las prestaciones en sustancialmente menor al tener menores salarios.
También están los sectores productivos cuyos sueldos están por debajo o más próximos al SMI, como es el caso de la agricultura y la ganadería (con 11.160 euros salario medio anual) y muchos ámbitos del sector servicios y del ocio y el tiempo libre (11.894), también marcados por los trabajos de temporada, muchas veces por horas y con ingresos bajos y muy variables.
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