Ver un partido del Burgos CF en los últimos años y que no esté Aitor Córdoba sobre el terreno de juego parece imposible. Es un jugador ligado a la camiseta blanquinegra, que lleva vistiendo las seis últimas temporadas. Se pueden contar con los dedos de las manos los partidos que se ha perdido desde que el cuadro castellano ha regresado al fútbol profesional. El sábado ante el Real Oviedo deberá ver el partido desde la grada, ya que en Zaragoza vio la quinta cartulina amarilla de la campaña. Ayer el Comité de Competición ratificó un partido de sanción.
Desde su vuelta a la Segunda División el cuadro burgalesista ha disputado 161 encuentros 152 en la competición liguera y 9 en la Copa del Rey. Aitor Córdoba ha estado presente en 153 de esos choques, es decir, en más de tres temporadas y media solo se ha perdido 8 partidos de su equipo, por lo que no cabe duda de que se le echará de menos en la próxima jornada.
El vizcaíno ha ido quemando etapas como blanquinegro. Llegó en el verano de 2019 sin hacer ruido y como uno de los centrales más prometedores de la Segunda B y en estos momentos es el capitán, un jugador imprescindible en las últimas campañas y perfectamente asentado en el fútbol profesional.
El capitán no se perdía un partido liguero desde el 24 de marzo de 2024, cuando no pudo viajar a Huesca por lesión
Ha sido un fijo para todos los entrenadores que ha tenido y solo una complicada lesión muscular en la temporada 20-21 impidió que en la campaña del ascenso fuera más protagonista. Pese a todo, en cuanto Julián Calero lo tuvo a su disposición entró en el equipo y jugó el partido completo en el duelo contra el Athletic B en el que el Burgos logró el ascenso. Fue uno de los héroes de Almendralejo.
No se perdía un partido liguero desde el 24 de marzo de 2024, hace casi once meses, cuando después de sufrir un esguince de tobillo ante el Levante en El Plantío no entró en la convocatoria para viajar a Huesca.
Nikola Milicic. Todo indica que su sustituto será el defensor serbio. Fue el último en llegar en el mercado de invierno, aunque la pasada semana ya entró en la convocatoria y completa su segunda semana de entrenamientos junto a sus nuevos compañeros. Sería cambiar hombre por hombre y no tener que tocar nada más. Además, jugaría junto a Grego, un futbolista experimentado que le puede aportar tranquilidad durante el partido.
La otra opción es que Pipa entre en el lateral derecho y que el colombiano Anderson Arroyo juegue en el eje de la zaga, una posición en la que también ha actuado con asiduidad. Pese a todo, si Milicic está bien debe convertirse en la posibilidad con más peso.