Menos absentismo y más productividad

EFE
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Muchas empresas ven en el ajuste de la jornada a 37,5 horas a la semana una oportunidad para mejorar en eficiencia y calidad de vida

Los trabajadores cada vez valoran más la autorealización profesional y personal a través de una mejor gestión del tiempo. - Foto: E.P

En un momento importante en el que los agentes sociales, patronal y sindicatos, darán una respuesta definitiva el lunes 11 de noviembre sobre si aceptan o no la última propuesta  del Gobierno para aprobar la reforma que pretende recortar la jornada laboral de 40 a 37,5 horas sin rebajar el salario, muchas empresas se plantean si esta iniciativa podría ser útil para reducir el absentismo laboral, mejorar la productividad y compaginar la vida laboral y personal de los trabajadores de manera más efectiva.

La directora gerente de ASHO, Ruth Cuscó, explica su experiencia y precisa que desde que su empresa, dedicada a la codificación de diagnósticos y procedimientos médicos, empezó a contratar personal en 2012 ya implantó las 35 horas semanales, con el fin de mejorar la calidad de vida y compaginar mejor vida personal y laboral. Además, los meses de julio, agosto y septiembre todos teletrabajan, así como en Semana Santa y Navidad.

Cuscó está satisfecha con la productividad de sus empleados y cree que trabajando menos horas «se reduce» el absentismo laboral al lograr que estén menos estresados.

En los últimos años, la empresa ha entrado en el mundo del software de inteligencia artificial, para lo que ha incorporado a varios ingenieros, de los que algunos han optado por hacer 40 horas semanales, ya que desempeñan tareas más creativas y trabajan siete horas al día en la oficina y el resto en casa cuando ellos deciden.

En la alimentaria Ahumados Domínguez, la plantilla tiene una jornada de 36,75 horas a la semana (38 horas por convenio, más una reducción adicional de 15 minutos diarios), que se ordenan en jornadas continuas. Su director de Recursos Humanos, Héctor García, señala que esta medida ayuda a reducir el absentismo y, sobre todo, mejora el ambiente laboral.

La cooperativa de consumo Somos Conexión, con sede en El Prat (Barcelona), implantó las 37,5 horas semanales desde su puesta en marcha hace 10 años con el objetivo de dar más tiempo a los trabajadores para «cuidarse, descansar y dejar espacio para la vida», tal y como explica la socia fundadora Mercè Botella. La «flexibilidad» en la jornada es otro aspecto «fundamental». «El hecho de pasar de 40 horas semanales a 37,5 con un horario rígido se nota poco si no hay cierta flexibilidad con la plantilla», subraya.

La compañía, además, permite trabajar presencialmente dos días a la semana y el resto desde casa, lo que hace que los empleados ahorren el tiempo de desplazamiento entre su casa y el trabajo.

Somos Conexión factura unos 3,5 millones al año, tiene 35 trabajadores y cuenta con 9.500 socios en todo el territorio español, especialmente en Cataluña. 

Nuría Iglesias es la responsable de Recursos Humanos de la cooperativa de energía renovable Som Energia. Con sede en Gerona y 140 trabajadores, la organización facturó 95 millones de euros en 2023.

Desde su puesta en marcha en 2012, los trabajadores de Som Energia han tenido la posibilidad de elegir entre una jornada laboral de 30 o 40 horas semanales y, desde el 1 de enero de 2023, las opciones oscilan entre 30 o 35 horas semanales.

Por ello, cuando implementaron la reducción ya había asalariados que trabajaban menos horas y, por tanto, el impacto no fue tan grande, aunque, al principio, aclara que hubo «dudas e incertidumbres» por parte de algunos asalariados, que se preguntaban cómo podrían sacar adelante todo el trabajo.

Según Iglesias, la empresa decidió implementar la jornada de 35 horas semanales por el «compromiso» que tienen para favorecer la conciliación de los trabajadores.

«Vimos que, en principio, la productividad no tenía que verse afectada si también cumples otros factores y no haces trampas, como añadir horas extras», subraya Iglesias, aunque tuvieron que contratar a tres personas más para contrarrestar el efecto de la reducción de jornada en algunas áreas que necesitan un horario más amplio, como es la de atención al cliente.

El resultado de esta experiencia ha sido «muy bueno» y la productividad «se ha mantenido muy bien». Además, la organización tiene muy buen nivel de satisfacción laboral y un índice de rotación muy bajo.