No hay tregua. Tampoco ha habido que esperar a Navidad para que el precio del lechazo se sitúe en máximos. En octubre, a las puertas del puente del Pilar, su importe ha vuelto a remontar en origen.Este nuevo aumento se traduce en que los ganaderos de la Ribera del Duero han recibido en las últimas semanas en torno a 90 euros por cada animal que han vendido, frente a los 60 euros que cobraron en enero o febrero, lo que supone una subida del 50% en apenas medio año.
«Están caros, con el IVA incluido rondan los 95 euros. Aunque las ovejas paren durante todo el año, ahora no hay mucha paridera. La época de más partos suele ser febrero. Además, quedan pocos rebaños en la zona», argumenta Luis Sanz, pastor en la localidad ribereña de Moradillo de Roa, mientras recuerda que en Aranda, donde el lechazo asado ejerce como rey de la gastronomía, apenas resisten tres rebaños de ovejas y en el resto de la Ribera del Duero han caído un 40% en las dos últimas décadas.
Tampoco pasa por alto que los piensos o la luz se han encarecido considerablemente. Estos factores, sumados a la creciente demanda que se da en épocas festivas -en agosto los ganaderos cobraron unos 80 euros por lechazo coincidiendo con el puente de la Virgen y el festival Sonorama Ribera-, han desembocado en otro ascenso de precio, hasta unos niveles «que no son nada habituales», como admite Sanz, para resumir:«Ahora no hay casi lechazos porque no hay muchos partos y porque tampoco quedan muchos rebaños».
En paralelo, cunde la preocupación en los asadores de la capital ribereña. José María Rubio, gerente del restaurante Casa José María, precisa que el lechazo sube cada semana y que ahora está a 120 euros, frente a los 100 de agosto o los 96 de marzo y abril. «Nunca habíamos tenido estos precios, pero quedan pocas cabezas de ganado y es lo que hay», indica. No obstante, en su asador esperan «bastante afluencia» para el puente del Pilar:«En general, todos los fines de semana estamos casi desbordados».
Ayudar al ganadero. Por su parte, el responsable de El Lagar de Isilla, José Zapatero, califica de «barbaridad» esta nueva subida. «No sé qué vamos a hacer», admite, mientras lamenta que «nadie hace nada por resolverlo» y «va a llegar un punto en el que tengamos un problemón», ya que el lechazo asado junto con el vino son los «emblemas» de Aranda. A su juicio, se ha de abordar una solución desde la base, con ayudas a los ganaderos «en lugar de trabas». Zapatero reconoce que en la hostelería la preocupación es «muy seria» y en el sector de los asadores es «total».