"A él le confío mi vida"

ANGÉLICA GONZÁLEZ / Burgos
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Rubén Martínez, director de la ONCE en Burgos desde hace poco más de seis meses, pone en valor la labor de los perros guía, que va más allá de un servicio de autonomía personal. Para él, Korky es un compañero

Rubén Martínez es el director provincial de la ONCE en Burgos desde el pasado mes de agosto. En la imagen, junto a su perro Korky. - Foto: Patricia

A cualquier persona con un mínimo de cariño por los animales lo primero que le pasaría por la cabeza al cruzarse con Korky sería acariciarle y hacerle cuatro carantoñas. Este labrador de color negro reluciente, dócil, juguetón, permanentemente contento y muy, muy achuchable es el compañero inseparable de Rubén Martínez, director de la ONCE en Burgos desde hace poco más de seis meses, porque es su perro guía. Así que, aunque sea difícil, es muy recomendable no hacer cucamonas al animal ni despistarle de su labor cuando está orientando a Rubén por la ciudad. Un cartel de llamativo color amarillo colocado en su arnés advierte esta circunstancia de forma rotunda a quien no se dé cuenta: «No me toques. Estoy trabajando». 

Porque además de un compañero fiel, Korky es un servicio de autonomía personal para Martínez, que perdió la vista por un accidente siendo un joven de 18 años. «Cuando voy con él no me hacen falta las referencias que sí necesito cuando voy con el bastón como una fachada o un semáforo. Korky se encarga de buscar el camino más adecuado y de driblar los obstáculos que encuentra», relata el director provincial de la ONCE. Es tan bueno el adiestramiento de estos animales, tanta su inteligencia y tan fino su buen olfato que Martínez cuenta que en una ocasión, cuando llevaba poco tiempo trabajando en Murcia -uno de los destinos laborales que tuvo antes de llegar a Burgos- le dio la impresión de que el perro se había despistado porque no iba por dónde siempre. ¿La razón? La calle de todos los días estaba cortada por obras. 

Los animales son elegidos por características como la atención y adiestrados por técnicos 

Con seguridad y firmeza el animal dirige los pasos de su dueño cuando el semáforo se pone en verde. Con seguridad y firmeza el animal dirige los pasos de su dueño cuando el semáforo se pone en verde. - Foto: Patricia


«A él le confío mi vida», afirma Rubén hasta en dos ocasiones diferentes durante la entrevista para enfatizar cómo de compenetrados están y qué importancia tiene la existencia de estos animales, que son preparados en la Fundación ONCE del Perro Guía. Hace ya cinco años y medio que Rubén y Korky hacen equipo. Se conocieron cuando el perro tenía poco más de dos años y Martínez recuerda que en ese encuentro experimentó «un cúmulo de sensaciones difíciles de describir, una enorme alegría al encontrarme con una criatura con tanto cariño y dulzura».

Korky, que ya tiene siete años, es un gran chico. Hace que Rubén cruce sin problemas cuando el semáforo se pone en verde, se sienta cuando lo hace su dueño y en el momento en que este le indica que se ponga en el lugar que le tiene reservado en su despacho, una cómoda almohadilla en el suelo, lo hace sin rechistar y meneando la cola, ese signo universal de felicidad perruna.

Antes de que ocurriera el encuentro, el animal fue elegido para ser guía -como ocurre con el resto- en función de sus características y actitudes entre las que siempre se destaca la capacidad de concentración y adiestrado convenientemente por los profesionales de la Fundación y por una de las familias de acogida voluntarias con las que los animales se acostumbran al contacto humano y al barullo de las ciudades. Después de todo este proceso, se conocieron y desde entonces, son inseparables. 

Me gusta dejarle su espacio, que juegue y se divierta o pasearle mientras voy con bastón»

Para que un invidente acceda a un perro guía se tienen en cuenta, relata Rubén, las circunstancias de la persona ciega. «Se necesitan varios informes: el de un psicólogo, el de un técnico de rehabilitación, que es la persona que enseña autonomía dentro y fuera de nuestro hogar, y el de una trabajadora social. Si no se pasa cualquiera de ellos el proceso se termina ahí».

Rubén cuida de Korky tanto como Korky cuida de Rubén, por lo que siempre le da su espacio para que «sea un perro», para que juegue y se divierta. «Muchas veces voy con el bastón y a él le llevo con la correa. También elijo cuándo dejarle tranquilo en momentos de ocio. Si tengo el plan de ir a un concierto en un gran espacio prefiero que no venga, aunque él pueda aguantar la muchedumbre y el ruido». La ONCE tiene en Burgos 405 afiliados, pero solo alrededor de una docena tienen perro guía.