Los urólogos del HUBU ya pueden operar hasta tres días a la semana cánceres de próstata (y algunos de vejiga o de riñón) con el robot Da Vinci, que garantiza mayor probabilidad de éxito en la preservación de la potencia sexual y la continencia urinaria que con una cirugía tradicional.
De ahí que los pacientes, sobre todo los más jóvenes, llevaran tiempo manifestando que prefieren pasar más tiempo en la lista de espera y ser operados con este equipo de alta tecnología a entrar en quirófano antes pero con mayor riesgo de incontinencia o impotencia. Esta petición se planteó en la dirección del hospital que, según palabras de la gerente, se ha atendido porque es comprensible. «La gente joven ya no quiere operarse por medios tradicionales, prefieren esperar», reiteró Ana Lucía Fernández Eroles, afirmando que se ha hablado con los urólogos y los anestesistas para poder optimizar al máximo el robot. Eso quiere decir que cada día que los urólogos operen con el Da Vinci habrá dos cirugías en lugar de una.
Las operaciones con el Da Vinci son más precisas (el equipo permite ver mejor que la laparoscopia la zona en la que se trabaja y evita temblores en las manos) pero también más largas, lo cual conlleva que la lista de espera se gestionará de forma más lenta que con medios tradicionales.
La gerente del HUBU, sin embargo, afirmó que su intención es potenciar el desarrollo de nuevas técnicas y apoyar a los profesionales en todas las especialidades. Así, negó que se esté produciendo lo que muchos definen como «comarcalización del HUBU», un proceso en el que, según especialistas de Burgos, se intenta quitar empuje al complejo burgalés frente a otros hospitales y, especialmente, los de Valladolid. «Para nada, no tienen razón; aquí hacemos intervenciones de primer nivel», dijo.
Como ejemplo puso la recuperación del programa de válvulas aórticas en Cardiología mediante cateterismo (TAVI) para pacientes que no pueden someterse a cirugía. Tras unos meses suspendido, vuelve a funcionar con normalidad en la capital.