Los vaivenes políticos están marcando el último lustro en Portugal, un país encerrado en un callejón sin salida debido a que tendrá que enfrentarse a sus cuartas elecciones en cinco años. La nueva cita con las urnas se produce después de un nuevo capítulo de inestabilidad, en el que el primer ministro luso, Luís Montenegro, perdió una moción de confianza en el Parlamento. Este hecho provocó que el presidente, Marcelo Rebelo de Sousa, se viera abocado a convocar comicios anticipados para el 18 de mayo, que se presentan sin perspectivas de que salga una mayoría absoluta.
Tras menos de un año como premier de la nación vecina de España, Montenegro cayó por una cuita judicial. Al igual que António Costa (su predecesor en el cargo), el Gobierno del ahora mandatario en funciones se vino abajo tras la presentación por parte del Ejecutivo de una cuestión de confianza.
Esta fue anunciada después de que saliera a la luz la existencia de una empresa, Spinumviva, fundada por Montenegro cuando estaba fuera de la política activa en 2021 y en manos de su mujer e hijos, que habría estado recibiendo pagos de otras compañías donde el primer ministro trabajó en el pasado, como Solverde, un grupo que gestiona hoteles y casinos. Además, la semana pasada, esta entidad pasó a estar bajo el control total de los dos hijos del político luso.
Más allá de esta cuestión, Montenegro también se ha visto acorralado por la publicación por parte del semanario Expresso de una información que indicaba que no entregó unas facturas a la Policía cuando investigó la construcción de su casa en 2023 en Espinho, a unos 300 kilómetros al norte de Lisboa. «Estoy muy cómodo, muy tranquilo, siempre cumplí con mis obligaciones» apuntó el premier en funciones, afirmando que «nunca mentiría por una párrafo».
En aquel momento, la Fiscalía llevaba a cabo una investigación tras una denuncia sobre presuntos beneficios ilegales de Hacienda que habría obtenido Montenegro, que por entonces no era primer ministro, sino únicamente líder del conservador Partido Social Demócrata (PSD).
Pese a que previsiblemente su fin llegará el próximo 18 de mayo, el Ejecutivo del premier luso (con el que ha gobernado en minoría) fue capaz de sacar adelante los Presupuestos, con reducciones de impuestos a empresas y jóvenes, y adoptar medidas como eliminar algunas limitaciones a los alquileres turísticos.
Panorama complejo
Ahora, con algunos sondeos apuntando un empate técnico entre los dos grupos principales, la Alianza Democrática (AD) -de la que forma parte el gobernante PSD- y el Partido Socialista (PS), Portugal se encamina a unas nuevas elecciones, que se suman en los próximos meses a las municipales de otoño y las presidenciales de enero de 2026.
La politóloga de la Universidad de Lisboa, Isabel David, considera que «no es el mejor momento» para tener legislativas, teniendo en cuenta una coyuntura internacional «que es bastante desafiante y exige decisiones urgentes y muy importantes».
Por su parte, la profesora de Comunicación Política de la Universidad Autónoma de Lisboa, Isabel Damásio, augura que esta situación va a afectar negativamente a la economía y el panorama social y político de Portugal. «Normalmente estos momentos de turbulencias tienen siempre algún efecto menos positivo en las economías y la vida de las personas, porque la incertidumbre es algo que no le gusta a nadie», reflexiona la experta.
Proyecciones
Una encuesta elaborada por la empresa de estudios Pitagórica y publicada dos días antes del rechazo a la moción de censura señaló un empate técnico entre la AD y el PS. Dicho sondeo contempló una pérdida de votos de Alianza Democrática, pese a que mantendría una ligera ventaja frente al Partido Socialista.
Los analistas no confían plenamente en si esta igualdad será real o no, como ocurrió en las legislativas del 10 de marzo de 2024, pero sí que les parece «seguro» que no habrá mayoría absoluta. Aun así, todo dependerá de cómo transcurra la campaña electoral y de lo que vaya publicándose no solo sobre el primer ministro en funciones, sino también sobre otros políticos o partidos.
Tanto David como Damásio recuerdan que las encuestas dan también un retroceso de la formación ultraderechista Chega, tercera fuerza en el Parlamento, tras los últimos escándalos que ha afrontado, como el caso del diputado que ya fue apartado del grupo por presuntamente robar maletas en aeropuertos.