Una tasa de paro envejecida

Carlos Cuesta (SPC)
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Los desempleados mayores de 45 años suponen en España casi el 60% del total de las personas sin trabajo, además de ser el colectivo que más despidos suma y con más dificultades para reengancharse

Una tasa de paro envejecida

La evolución del mercado laboral en España arrastra una depreciación constante cuando el trabajador llega a la edad de 45 años hasta su jubilación. Si se analiza lo que ha venido ocurriendo durante las últimas tres décadas, se observa que estas personas, a pesar de estar en lo mejor de sus carreras profesionales y de tener una contrastada experiencia, sin embargo, son los que más despidos acumulan y, lo que es más grave, quienes tienen más dificultades para reengancharse al mundo laboral. 

La realidad revela que, por ejemplo, en el mes de marzo de hace 25 años apenas llegaban al 26,5% del total de los parados registrados, mientras que en la actualidad superan ya el 57,4%. De hecho, este nivel que los economistas creen que está causado por el edadismo mantiene un crecimiento al alza, marcando desde 2021 máximos históricos. De hecho, representa uno de los grandes retos a corregir ante un desempleo que, según el último dato del INE, se sitúa en 2.595.500 de desocupados a cierre del pasado febrero.

Según Estadística, el pasado mes, la cifra de desempleados menores de 45 años registró su mejor dato para un mes de febrero, con 1,1 millones de personas, un 26,7% por debajo de los 1,35 millones anotados en 2007. Por su parte, los mayores de 45 años sumaban 1,49 millones, un 104% más que entonces, cuando apenas representaban el 36,1% del total. 

Los economistas explican que en contextos de creación de empleo como el actual, donde la dificultad para descender de los dos dígitos es muy complicada, el paro de estos profesionales de más de 45 años se reduce a una velocidad equivalente a la mitad que la del resto de colectivos. 

Claves de inserción

Las soluciones que plantean los expertos para resolver este problema van enfocadas en el aprendizaje y la integración para garantizar que los trabajadores seniors no se queden atrás en la era digital. La formación en habilidades tecnológicas es una de las claves más necesarias para mantener su empleabilidad. 

En este sentido, reconocen que habría que cambiar los criterios de selección para valorar la experiencia y la capacidad de aprendizaje, en lugar de centrarse exclusivamente en la familiaridad con herramientas tecnológicas específicas, incluso, ofrecer entornos de trabajo más flexibles, con opciones de teletrabajo o jornadas adaptadas, permitiendo a estos empleados equilibrar mejor la familiarización con nuevas herramientas.

Ante este problema, plantean también la necesidad de establecer políticas que fomenten la contratación de este colectivo, con incentivos fiscales o subvenciones a empresas que apuesten por la inclusión laboral de este grupo, lo que garantizaría una carrera de cotización más prolongada, así como un ahorro muy importante en subsidios y nóminas de desempleo.

En Alemania, por ejemplo, los mayores de 45 años también experimentan dificultades en el mercado laboral. No obstante, el país tiene una tasa de paro menor en este segmento, gracias a una sólida infraestructura de formación continua y fórmulas de reciclaje profesional. Además, las políticas de integración son más robustas, con una fuerte presencia de programas públicos y privados enfocados en la revalorización de la experiencia y habilidades digitales.