El Santander-Mediterráneo

M.J.F.
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La línea férrea que se construyó a principios del siglo XX para unir los puertos marítimos de Santander y de Valencia pasaba por La Bureba • Aún muchos lo recuerdan • Ahora, el trazado se está convirtiendo en 'vía verde'

Ayer. fotos para el recuerdo.Trabajadores de la construcción del ferrocarril. - Foto: Estudios Onienses

Hoy, el último jefe de estación

Félix Ángel Martín es hijo del último jefe de estación que tuvo Oña. Sus recuerdos del tren aún siguen vivos: aquel rugir de las locomotoras por los túneles de la Horadada o al atravesar la Vega de Tamayo y aquellas grandes máquinas diesel de color verde con sus franjas amarillas y de un ruido casi insoportable al acelerar.

«A las ocho de la mañana arrastraban un diminuto convoy en dirección Burgos formado por un vagón furgón y otro de pasajeros, y al que en invierno se unía otro encargado de proporcionar calefacción», recuerda. A esos de las once, y no todos los días, un mercancías realizaba el trayecto Burgos-Santelices para buscar un cargamento de arena silícea que era transportado hasta Barcelona para fabricar cristal y el retorno se producía a eso de las cuatro de la tarde. Y para acabar, a las siete, el tren de pasajeros regresaba rumbo a Villarcayo. «¡Cuántas veces habremos puestos monedas de una y cinco pesetas en la vía para ver cómo quedaban aplastadas!», apunta.

Félix también recuerda que había momentos puntuales en los que el tráfico se incrementaba con la carga de vagones de patatas en Oña procedentes de Barcina de los Montes o de algún cargamento especial de la nuclear. Y de las gentes del tren, aún rememora a Lili, el guardabarreras de Trespaderne, y a ‘Bello’, de Nofuentes. También recuerda que al cumplir los 14 años, los chavales de Oña se iban a estudiar a Burgos y cuando llegaba el viernes el tren se convertía «en una algarabía estudiantil ávida por llegar a su destino pero el lunes tocaba volver y entonces el tren rebosaba calma y quietud». En aquellos años, la gente bajaba a la estación a ver quien venía o quien marchaba.Era una forma de salir de la rutina que se rompió en el año 1985.

 

Mañana, de camino de Hierro a Vía Verde

El Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural está acondicionando el tramo de 44 kilómetros de longitud del Santander-Mediterráneo que enlaza los municipios burgaleses de Merindad de Río Ubierna, Sotragero, Carcedo de Bureba, Poza de la Sal, Salas de Bureba y Oña con una inversión de 2,7 millones de euros.

La recuperación de esta infraestructura permitirá su uso lúdico y deportivo, además de favorecer la creación de puestos de trabajo vinculados a su aprovechamiento turístico, contribuyendo al desarrollo sostenible del medio rural. Las obras están impulsadas por la Asociación Centro de Desarrollo Rural de Merindades y Adeco Bureba.

Los trabajos están consistiendo en el desguace de las vías para posteriormente efectuar una serie de excavaciones y desmontes en las intersecciones con otros caminos, hormigonar los cruces y estabilizar los taludes y trincheras.

A continuación se nivelará y compactará la plataforma del camino, aprovechando el balastro original de la antigua vía férrea y aplicará una capa de zahorra artificial para facilitar el tránsito. Paralelamente, se procederá a la apertura de cunetas para garantizar un adecuado drenaje de las capas de la plataforma. Asimismo, a lo largo del recorrido se van a acondicionar dos puentes metálicos sobre el río Ubierna, un pontón sobre el río de La Molina, y otro puente sobre un afluente del río Homino así como cinco pasos inferiores de la vía. También está prevista la instalación de elementos de seguridad y señalización y la habilitación de áreas de descanso en las proximidades de los núcleos urbanos.

El proyecto de línea férrea Santander-Mediterráneo fue aprobado en 1912, impulsado por las Diputaciones de Santander, Burgos, Soria y Zaragoza, para unir los puertos de Santander y Valencia. Su clausura se produjo en 1985.