El osteópata E.P.J., de 56 años, fue detenido a finales de febrero y ahora está en libertad en calidad de investigado. Defiende su inocencia y que los hechos ocurridos son «inciertos». Su abogado, Luis Collado Chomón, sostiene que su cliente «es inocente y se aclarará todo con la sentencia que emitan los juzgados».

En su declaración en el Juzgado de Villarcayo, el profesional afincado en Valdivielso desde hace más de cinco años, aseguró que «no se ha salido del protocolo de las terapias». Su abogado explicó hace unos días que «hay una relación llamativa entre las diferentes partes del cuerpo y una serie de lesiones». Asimismo, insistió en que «no se deben de realizar juicios paralelos» y pidió «respeto a la presunción de inocencia» de su defendido.

Sin duda, fue la primera denuncia la que generó las otras cuatro en cascada. Vergüenza, desinformación y muchos otros motivos frenaron a quienes ahora han dado el paso al saber que no fueron las únicas que pasaron una de las peores horas de su vida en la camilla del osteópata. Los investigadores de la Guardia Civil sigue revisando el material que se llevaron de su domicilio tras registrarlo el pasado día 11. Su abogado confía en que el ordenador y otros soportes digitales del investigado estén limpios de contenido sexual, como le ha expresado su cliente.