Sucesivos talleres de empleo e inversiones municipales directas llevaron a cabo hace más de una década la rehabilitación parcial del antiguo molino de Pedrosa de Tobalina. Los últimos trabajos se realizaron en 2014 y desde entonces no se le ha dado ningún uso tras valorar diferentes opciones. El nuevo equipo de gobierno ha decidido transformarlo en un bar y restaurante para apoyar así el desarrollo del sector turístico y afrontar con fondos públicos inversiones que la iniciativa privada evita por la «incertidumbre» que supone recuperarlas.
El Ayuntamiento tobalinés ya es propietario de un hostal, cafetería y restaurante en Quintana Martín Galíndez, el bar de las piscinas municipales y el bar restaurante del embarcadero y considera que todas estas actividades han tenido «un notable éxito», por lo que sigue apostando por el sector hostelero.
La idea es habilitar un bar en la planta baja del molino (235 m2), desde el que se podría observar la restaurada maquinaria del antiguo molino a través de losas de vidrio antideslizantes en el suelo, y una cocina y comedor en la planta primera (149 m2) con vistas a la cascada del Peñón. El proyecto también contempla una terraza en voladizo para el restaurante. Su coste se eleva a 949.714 euros que se han solicitado al Ministerio de Transición Ecológica dentro de la línea de ayudas a la transición justa.