El Gobierno central se mantiene firme en su postura. A pesar de la insistencia de la oposición y de las localidades afectadas sigue sin desvelar la hoja de ruta rediseñada para el único tramo en obras de la A-12 que unirá en un futuro Logroño y Burgos por autovía.
El segmento acumula más de dos años de retraso sobre el plazo de ejecución previsto inicialmente y también ha consumido la moratoria de 20 meses concedida en la modificación del contrato aprobada en 2023.Sin embargo, la conclusión es concisa. Aquella prórroga estuvo «plenamente justificada» y el ritmo actual de los tajos «es acorde al programa de trabajos vigente». Pero no detalla los hitos marcados en ese calendario de actuación.
La batería de preguntas realizadas por el PP y Vox en el Congreso para aclarar todas las cuestiones que rodean a la construcción del tramo de autovía que une la localidad riojana de Santo Domingo de la Calzada y el municipio burgalés de Villamayor del Río no sirvió para desvelar la principal incógnita que afecta a las poblaciones conectadas por la N-120 por los usuarios. ¿Cuándo se pondrán en servicio esos 14 kilómetros?
Las últimas explicaciones del Ministerio de Transportes se centran en aclarar por qué las obras adjudicadas en diciembre de 2019 aún necesitan tiempo para su desarrollo después de aprobarse en 2023 una modificación del contrato de 11,8 millones de euros sobre un presupuesto de 72,5.
El Gobierno recuerda que fue necesario estabilizar con cal los materiales de los desmontes, además de atender otros condicionantes surgidos sobre la marcha. Entre ellos destaca el deslizamiento del talud situado en el kilómetro 57 y las consecuencias de esa circunstancia o el cambio de ubicación de un paso inferior para eliminar un cruce a nivel con el Camino de Santiago. Ello implicó un incremento de la longitud de la estructura, pero un contratiempo decisivo fue la aparición de numerosos restos arqueológicos, un hallazgo mayor al previsto.
El tramo de autovía en construcción entre Santo Domingo de la Calzada y Villamayor del Río tendrá un total 14 kilómetros de longitud, de los cuales 7 cruzarán la provincia de Burgos. Será el primer segmento de la futura A-12 que pise suelo castellano
Eso provocó tanto la intervención del área de Patrimonio como la necesidad de ampliar las excavaciones para un mejor análisis. Además, el estudio arqueológico fue incluido en el presupuesto para el Conocimiento de la Administración, pero no se trasladó al de Ejecución. «No figuraba la partida y, por lo tanto, el incremento del presupuesto ha resultado importante por este motivo», explica el Gobierno.
Esa es la justificación para una inversión adicional de 16,34% sobre el presupuesto inicial. En este sentido, el Ministerio de Transportes subraya que la modificación aprobada en 2023 «cumple con lo establecido en el Pliego de Cláusulas Administrativas Particulares» y por ello queda «completamente justificada». El visto bueno a las prospecciones arqueológicas y las autorizaciones para los préstamos de materiales «han influido notablemente en la ejecución de las obras».
La lluvia. El Ministerio también tiene en cuenta otros dos factores para justificar el retraso acumulado de más de dos años sobre el calendario inicial previsto de 36 meses de plazo de ejecución. «Las condiciones meteorológicas poco favorables con otoños e inviernos especialmente lluviosos», así como los plazos necesarios para tramitar el modificado y «las incidencias habituales durante la ejecución de obras de esta envergadura» también han ralentizado los ritmos de trabajo durante este tiempo. Mientras tanto, aún queda por resolver cuándo se pondrá en servicio este tramo de autovía.