Elegir entre aquellos dos bellezones podía resultar tarea ardua pero en cuestión de carácter no había duda alguna. La simpatía de Claudia Cardinale frente a la «antipatía y grosería» de Brigitte Bardot, a la que el periodista José Manuel Páramo recuerda persiguiendo por la carretera de Soria «con el coche de Eliseo Villafranca, tomándola fotos en su descapotable blanco» o paseando con «un corpulento novio» que amenazaba a los periodistas cada vez que trataban de acercarse a la diva. «La logramos dar caza en el Landa y solo pude sacarla una docena de palabras, la mitad insultos», recuerda Páramo en su libro familiar de memorias.
Todo lo contrario que su compañera de reparto en la película Las petroleras, que se aprendió el nombre de El Espolón, admiró la Catedral, hizo compras por sus calles y disfrutó de la buena mesa. «Mi problema son las comidas, que son muy abundantes, aunque exquisitas, pero para una estrella que tiene que guardar la línea, es un problema», declaró en una de las muchas entrevistas que concedió.
Las petroleras narra la historia de cinco hermanas que deciden dejar de asaltar bancos y trenes y retirarse a un rancho. Más tarde descubrirán que en el terreno que han comprado, se esconde una fortuna en petróleo. Más revuelo que ese hallazgo causó la presencia de las dos esculturales mujeres en Burgos, Cascajares de la Sierra, Castrillo de la Reina y Salas de los Infantes en 1971. Casi medio siglo después de aquellas vivencias, la elección de quienes fueron testigos de la arrolladora presencia de dos de las actrices más sexys del momento en Burgos se mantiene clara. Donde esté la «bella y simpática» italiana que se quite la «inabordable y antipática» BB, como las definía el cronista de Diario de Burgos hace exactamente 49 años. «Lo sentimos, por ella», terminaba un párrafo de una de esas informaciones, a la que acompañaban algunas de las imágenes que Fede captó y que se recuperan en este reportaje.
Y más que lo va a sentir, aunque no sea su desafección por Burgos y por los burgaleses el motivo que ha llevado a inclinarse por la otra petrolera a la Asociación Cultural Sad Hill, que prepara ya una celebración por todo lo alto del 50 aniversario del rodaje de aquel western paródico en un tramo de la línea de ferrocarril Santander-Mediterráneo, que por aquel entonces se conocía como Calatayud-Cidad.
En casi todos los pasos que dan estos entusiastas del cine y del patrimonio natural burgalés, el venerado Sergio Leone tiene mucho que ver en este próximo proyecto. La actriz italiana fue conocida como la ‘mujer Leone’ por sus trabajos con el director, especialmente en su obra maestra, Hasta que llegó su hora, «un homenaje a su admirado John Ford», recuerda con entusiasmo Joseba del Valle, de la asociación Sad Hill.
«Encantadora» es la palabra con la que Del Valle define a la Cardinale, con la que mantuvieron un encuentro en el Almería Western Film Festival de 2018. Era precisamente el 50 aniversario del rodaje de C’era una volta il west y la actriz regresó a Almería a recibir el premio Tabernas de Cine. Como no podía ser de otro modo, los impulsores de la recuperación del mítico cementerio de Sad Hill aprovecharon para entregar a la diva una fotografía con la tumba que lleva su nombre en el escenario recuperado.
La flecha ya está lanzada, ahora queda saber si la Cardinale se puede resistir al más que probado encanto de El Bueno, el Feo y el Malo y su legado en Burgos.