Una escultura de 20 metros gobernará la rotonda de Jesús Echevarrieta

Á.M. / Burgos
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Es un homenaje a la industria local en cuyo génesis colaboró el recordado empresario. Se instalará en el aniversario de su muerte

A Jesús Echevarrieta no le gustaba hablar del polígono de Villalonquéjar tanto como hablar de ‘su’ polígono. No lo hacía en sentido posesivo, ni tampoco para arrogarse la condición de gobernante del parque industrial, suerte que no se dio. Se refería a ‘su’ polígono como si fuera su cuarto hijo, como ese lugar al que había dedicado más tiempo del que probablemente dedicó a cualquier otra cosa a lo largo de su vida.

Echevarrieta era a Villalonquéjar, y por extensión a toda la industria de Burgos, lo que Johan Cruyff al fútbol del Barcelona o Keith Richards al sonido de los Stones. El siempre oficioso concejal de industria de Burgos veló por las factorías y empresas de la capital hasta el último de sus días. Falleció el 18 de mayo de 2014 mientras dedicaba sus maltrechas fuerzas a arrimar el hombro para la celebración de los 50 años del Polo de Desarrollo.

Desde la Presidencia de la Asociación de Empresarios de ‘su’ polígono, del que ejercía, también en la clandestinidad, su particular marquesado, fue la correa de transmisión para que las incontables causas solidarias con las que se comprometió cumplieran objetivos sin importar lo lejos que parecieran estar las metas. Jesús Echevarrieta era, en definitiva, un tipo grande, un ser humano enorme y una persona inolvidable.

Ese es el formato que tendrá la instalación escultórica que se levantará en glorieta de acceso a ‘su’ polígono, la que lleva su nombre, y que se inaugurará, si nada lo impide, el próximo 18 de mayo, coincidiendo con el primer aniversario de su desaparición a los 66 años. Se trata de una iniciativa promovida por la patronal FAE, la Cámara, la Asociación que presidió durante 21 años y por el colectivo hermano del polígono de Gamonal. Y ojo porque no será cualquier montaje.

Todas las partes implicadas en la creación del hito en cuestión lo han hecho de forma desinteresada, comenzando por el diseño y los materiales. El autor es Cristino Díez, que consultó los detalles del diseño con el propio Echevarrieta antes de su fallecimiento y que vive un idilio artístico histórico con los materiales pesados y los trabajos de gran formato. En este caso se supera al crear una pieza de 14 toneladas de peso y 20 metros de alto.

Un hito. Está construida en chapa donada por Gonvarri (ejemplo de colaboración del polígono de Gamonal) y será ensamblada por Estrumar, donde ya residen varias de las piezas de gran calado que terminarán conformando el todo. El aspecto previsto del montaje es el que pueden ver junto a estas líneas a pequeña escala, otra historia será verlo en toda su dimensión.

Tal es su porte, que para poder instalarlo ha sido necesario redactar un proyecto arquitectónico para construir la zapata que lo sostendrá. Ha sido el arquitecto Agustín Herrero el encargado de hacer ese trabajo en coordinación con los técnicos de la Concejalía de Industria que dirige Carolina Blasco. Uno de los problemas que hay que solventar es que por la rotonda pasan algunas conducciones que será necesario desviar. La brigada municipal se encargará de la obra civil.

Será una forma de ensalzar el penúltimo recuerdo, esta vez indeleble, al eterno presidente de la AEPV. Quedará instalado muy cerca de la que fue su sede, de la guardería municipal que ayudó a crear y de su lugar de trabajo habitual. En el punto exacto en el que todos los que entren a Villalonquéjar sepan que no están en los dominios de cualquiera.