La crisis migratoria tiene repercusiones en todas las comunidades autónomas. Una de las aristas de este asunto afecta a los Menores Extranjeros no Acompañados, a los que en los últimos tiempos se ha denominado como 'menas'. La gestión de este colectivo depende de la Consejería de Familia, que en Miranda dispone de una instalación como el Albergue Juvenil Fernán González. Tal y como ha podido conocer este medio, la administración regional valora destinar este edificio para dar cobijo a los migrantes que no hayan alcanzado los 18 años, aunque de manera oficial ni se confirma ni se desmiente este extremo, en un tema que suele ir acompañado de misterio y también de polémica.
De todas formas, la medida se tiene sobre la mesa por los beneficios para los propios menores y también como una mejora en la gestión de una instalación pública. En este sentido, hay que tener en cuenta que el albergue dispone de 120 plazas, que rara vez se completan. Con la llegada de estos jóvenes podría encontrarse una nueva utilización que refuerce al Fernán González, que de todas formas conservaría también su naturaleza original. De hecho, si finalmente se decide acoger a los migrantes solo se haría en una parte concreto del edificio, aún por determinar, «con unas pocas plazas», indican las fuentes consultadas.
Con este punto de partida, el Fernán González mantendría la línea de los últimos años, para acoger participantes de eventos deportivos o de cualquier índole, aunque hay que recordar que debido a los problemas vinculados al alquiler en la ciudad, sus plazas se reservan en ocasiones por personal docente o sanitario que está de paso en la ciudad con contratos temporales en el hospital o en algún colegio.
Para entender los motivos por los que la Consejería analiza autorizar esta alternativa, hay que añadir a la ecuación al personal contratado para el Fernán González. Según estas fuentes, la Consejería piensa en obtener «una mayor productividad» para este espacio, porque entienden que así ganarían una base durante todo el año, alejada de ciertos picos de ocupación, aunque tampoco se descarta sumar personal si resulta necesario.
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