La manifestación del 8-M, el mayor acto en defensa de la igualdad entre mujeres y hombres que se celebra cada año en esta ciudad, ha vuelto a desvirtuarse esta tarde por el afán de una parte de los asistentes en exhibir la fractura generada en el movimiento tras la aprobación de la 'ley trans' en 2023.
La convocatoria ha sido secundada por unas 3.000 personas, según datos facilitados por la Policía Nacional, que han caminado a lo largo de buena parte del recorrido al son de la habitual batucada y de las consignas clásicas como 'A igual trabajo igual salario', 'Mujer organizada, batalla ganada', 'No es no y lo demás es violación' o la siempre muy aplaudida 'Estamos hasta el culo de tanto machirulo'. Pasadas las 20.00 horas y con 4 grados de temperatura, la comitiva salía de la Plaza del Cid hacia la calle Vitoria, para girar por San Lesmes y seguir por la Plaza de España hacia la calle Concordia y Laín Calvo. Justo al comienzo de esta última calle, casi en la confluencia con la Plaza Mayor, ha sido donde los abanderados del denominado 'transfeminismo combativo' han bloqueado de forma deliberada la manifestación, creando un corro en el que se leía un manifiesto y que muchos de los asistentes han confundido con el final oficial de la marcha, que debía seguir hasta la Plaza Mayor por Cardenal Segura.
Tras unos minutos de parón y bloqueo, quienes no comparten la defensa de la polémica 'ley trans' han continuado hasta el final del recorrido, donde las representantes de la Coordinadora Feminista han leído un manifiesto en el que, también como el año pasado, han criticado "las chapuzas legislativas que intentan borrar a las mujeres", entre otras cosas. El remate lo han puesto una mujer africana y otra palestina, dado que la convocatoria reclama respeto para las mujeres con independencia de donde vivan.
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