La alcaldesa de Burgos, Cristina Ayala, se ha mostrado esta mañana contundente con Vox, su socio en el equipo de Gobierno, y ha desautorizado tanto al vicealcalde, Fernando Martínez-Acitores, como al concejal de Seguridad Ciudadana, Ignacio Peña, al recordarles que la "autoridad máxima" en la Policía Local "es la alcaldesa" y, por tanto, estos ediles, sin su visto bueno, no pueden dar instrucciones para que los agentes realicen "inspecciones periódicas y visitas domiciliarias para comprobar la veracidad de la información proporcionada en los registros de empadronamiento y detectar posibles casos de inmigración ilegal".
Ayala ha querido dejar claro que el PP "no comparte" algunos de los planteamientos realizados ayer por Vox y en otros también expresó que la competencia sobre esta materia es de la Policía Nacional y no de la Local.
Cabe recordar que los ediles de Vox también anunciaron la creación de "canales de denuncia anónima para que los ciudadanos puedan informar sobre posibles casos de empadronamiento irregular" y que la Policía Local realizará "controles de identidad y verificará la documentación de las personas para confirmar su estatus migratorio". Según añadieron, esto se realizará "dentro de los límites establecidos por la legislación vigente y respetando los derechos fundamentales de las personas".
Pese al acto impacto de este anuncio, realizado desde la institución municipal, Ayala ha querido quitarle hierro al enmarcarlo dentro de la campaña electoral de las europeas aunque, eso sí, ha "desmentido categóricamente" que haya dado vía libre a Vox para actuar en esta materia. Cabe recordar que el vicealcalde así lo aseguró.
El líder de la oposición, Daniel de la Rosa, ha comparecido también esta mañana para exigir a la alcaldesa contundencia contra su socio y ha tildado a Vox de partido "xenófobo y racista". Los socialistas están planteándose llevar una proposición al próximo Pleno en el que se "retraten" las posiciones ideológicas de todos los partidos.