Pagan la última factura de la plaza de Santiago

C.M. / Burgos
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Urbanismo da luz verde al abono de 182.520 euros a Construcciones Ortega después de que una sentencia eximiera a la empresa de los defectos

Vista general de la plaza. Todavía sigue tapada la zona en la que se realizaron las catas tras aparecer filtraciones. - Foto: Luis López Araico

Las obras de remodelación de la plaza Santiago finalizaron en septiembre de 2021 y el Ayuntamiento firmó el acta de recepción. Sin embargo, la empresa adjudicataria, Construcciones Ortega, no cobró la certificación final por su trabajo debido a los problemas de filtraciones que aparecieron en el aparcamiento subterráneo y las grietas en el pavimento superior. 

Tres años después se abonará la deuda de 182.520 euros que quedaba pendiente después de que el Consejo de Urbanismo diera ayer luz verde al pago. El concejal del PSOE Daniel Garabito explicó que en el mandato anterior se intentó pagar pero la Intervención municipal puso reparos tras el fallido resultado. «Como hay una sentencia que dice que los fallos no son consecuencia de la ejecución de la obra, ello ha permitido que se abone la certificación final», apuntó. 

Cabe recordar que la fallida remodelación de la plaza Santiago, que se inició en verano de 2020 y concluyó en septiembre de 2021 con un coste de 2 millones de euros. Sin embargo, el resultado no fue el esperado al presentar tres deficiencias: la persistencia de al menos cuatro goteras en el aparcamiento subterráneo, la aparición de enormes fisuras en la superficie y pequeños abombamientos en diferentes puntos del espacio público. El Ayuntamiento tiene que afrontar su reparación después de que el Juzgado de lo Contencioso Administrativo número 2 desestimó la demanda de lesividad en relación con la recepción de las obras realizadas en septiembre de 2021, es decir que rechazó anular la misma y retrotraer el procedimiento. El juez consideró que no había ninguna razón de interés público para que la administración local se quisiera «desdecir» de un acto administrativo propio y «ligado a una obra ya en ejecución de sentencia».

Por un lado, alegó que los propios técnicos municipales del área de Fomento dejaron claro que el cambio del asfalto fundido pulido recogido en el proyecto por la mezcla bituminosa en caliente «no guarda relación alguna con la existencia de la patología en la obra ni con la existencia de goteras (o fisuras del pavimento)». Este extremo fue «confirmado» por otro emitido por la Universidad de Burgos, encargado a instancia del propio Ayuntamiento. También se descartó la responsabilidad de la adjudicataria, Construcciones Ortega, al haber ejecutado las obras en base al proyecto y atendiendo a los criterios de la dirección facultativa y los técnicos municipales. Los problemas se achacan a la «compleja» respuesta de los forjados a las variaciones térmicas.

Con la llegada del nuevo equipo de Gobierno al Ayuntamiento (PP y Vox), se encargó a la empresa EIC, que elaboró el proyecto sobre el que se hizo la remodelación, que redactara también el de la reparación. El documento se entregó el mes pasado y los técnicos del área de Urbanismo y del grupo de investigación Auscultación, Instrumentación y Control de Estructuras de la Universidad de Burgos (Ausinco), al que el Ayuntamiento contrató para que prestara asesoramiento, pidieron a los redactores que realicen una serie de cambios.

Una vez incorporadas esas modificaciones, tocará elaborar el pliego de condiciones para sacar la obra a concurso. El objetivo es culminar la licitación este año, dado que se cuenta con partida en el presupuesto (250.000 euros) aunque las obras no arrancarán hasta la primavera de 2025.