No hay tregua en la guerra comercial desatada contra la Indicación Geográfica Protegida (IGP) del Queso de Burgos. La patronal de la industria láctea nacional (Fenil), que representa a las 60 empresas que transforman el 95% de la leche que se produce en España, ha comunicado en los últimos días su intención de presentar un recurso de casación contra la última sentencia en su contra del Tribunal Superior de Justicia (TSJ) de Castilla y León, lo que eleva el contencioso en torno al queso tradicional de Burgos hasta el Tribunal Supremo.
La presentación del escrito de preparación de recurso de casación ante el TSJ en Valladolid, paso previo y reglado para dar el salto al Supremo, no ha pillado por sorpresa a los elaboradores tradicionales de Burgos, agrupados en torno a la Asociación de Fabricantes de Queso de Burgos (Afaquebur). Es más, algunos ya dan por hecho que, de seguir así, el conflicto terminará en los tribunales europeos.
La decisión de Fenil es una vuelta de tuerca judicial a un proceso que dura ya más de 20 años y cuyo objetivo último, estiman desde Afaquebur, es ganar tiempo y entorpecer lo máximo posible la IGP.
El pasado mes de octubre, un fallo del TSJ de Valladolid desestimaba el último recurso interpuesto por las grandes lácteas, que argumentaban lo mismo que han defendido anteriores recursos: que la denominación 'Queso de Burgos' es un término genérico, por lo que no puede tramitarse como una IGP, y que la creación de una marca protegida generaría confusión en el consumidor.
Aquel fallo dio la razón a los cinco productores locales que apuestan por la elaboración tradicional de este alimento: Productos Lácteos Ovejero, de Briviesca; Lácteas Flor de Burgos, Lácteos Ruiz Angulo, Quesos de Sasamón y Mantequería Las Nieves, de Espinosa de los Monteros.
Pero la gran industria no se ha dado por vencida y continúa su lucha en los tribunales. En su escrito de preparación del recurso ante el Supremo, presentado la última semana, sostiene que se ha producido la infracción del Reglamento UE 1151/2012 del Parlamento Europeo y del Consejo de 21 de noviembre de 2012 sobre los regímenes de calidad de los productos agrícolas y alimenticios. En concreto, mantiene (de nuevo) que 'Queso de Burgos' es un término genérico por lo que no puede ser objeto de IGP.
Asimismo, alega la necesidad de que los Estados miembros examinen las solicitudes con los medios adecuados, insistiendo en que desde la Administración «no se han aportado estudios o análisis de percepción del consumidor».
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